«Oppenheimer» una limitada exploración del comportamiento humano – CinEspacio24

«Oppenheimer» una limitada exploración del comportamiento humano

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Crítica de Oppenheimer, la nueva cinta del popular director Christopher Nolan. Una de las películas más esperadas del año que narra la historia del científico que es considerado el padre de la bomba atómica. 

Juan Enrique Bonilla*
@bconceptenrique

Dr. Insólito o: Cómo aprendí a dejar de preocuparme y amar la bomba (1964) de Stanley Kubrick, es, sin duda, una de las mejores películas de guerra. Esto no se debe, únicamente, al naturalismo y simultánea extravagancia de sus actuaciones, o a su comedia negra que no tiene miedo de herir sensibilidades políticas, sino, principalmente, porque aborda lo absurdo e irracional del comportamiento humano. Casi todos sabemos que la guerra es mala, pero pocos nos damos cuenta de lo contradictorio, irracional y torpe que son las decisiones políticas, económicas y científicas ejecutadas en estos periodos.

En este sentido, el Dr. Julius Robert Oppenheimer, padre de la bomba atómica, es una figura clave para el análisis de este fenómeno: un ser humano que toma decisiones científicas con política y decisiones políticas basadas en la ciencia, héroe y vergüenza nacional, activista y monstruo. Sin embargo, el condecorado director Christopher Nolan, con una maestría técnica especializada en el detalle, y un guion hollywoodense que seguro entretendrá a las masas, nos otorga un análisis superficial del tema que dejará insatisfechos a los sedientos de disrupción social y política.

Con una estructura no lineal, y que recurre frecuentemente al recurso del flashback, la trama se enfoca en recorrer la vida académica y “militar” del prominente científico. A partir de dos interrogatorios, uno a Oppenheimer, interpretado por Cillian Murphy, y otro a Lewis Strauss, interpretado por Robert Downey Jr., que ocurrieron tiempo después de que finalizara el proyecto Manhattan, programa lanzado por el gobierno de Estados Unidos para la elaboración de las primeras armas nucleares, donde se hace una introspección a los aspectos personales, cuestionables y elogiables que llevaron a este físico a formar parte de los libros de historia y a ser considerado uno de los Prometeos de la historia contemporánea.

El diseño sonoro es uno de los aspectos más destacables del filme, si tienen la oportunidad de verlo en pantalla IMAX con un sistema de sonido Dolby Atmos, el precio del ticket por la experiencia multidimensional del sonido y advertir cómo vibra tu asiento con cada explosión hará que cada centavo valga la pena. Además, uno que otro giro de tuerca imprevisible, unas actuaciones bien caracterizadas y destacadas, y la mención de varios subtemas que seguro traerán un par de conversaciones a la sobremesa, garantizan una amena salida familiar (+18).

Desafortunadamente, cuando tocamos la sustancia que hace que una historia pase de palomera a trascendente, nos topamos con varias inconveniencias. Para empezar, como dice el refrán, “el que todo abarca poco aprieta”, ya que al intentar hacer una tesis sobre el moderno Prometeo, los cambios de intereses políticos, la intersección de lo personal, lo académico y lo estatal, y pretender un estudio de personaje, la mayoría de estas investigaciones quedan inconclusas. Después, la exagerada duración opaca los cortos momentos de lucidez con monotonía anestesiante a la que no se le ve salida.

Asimismo, la existencia y mal manejo de tantos personajes secundarios no permite que el espectador congenie con ninguno a pesar de su prolongada extensión, y, para rematar, la sobre utilización de catchphrases de figuras históricas, y el reduccionismo científico con frases similares a “el álgebra es como la poesía” convierte la aparición de ciencias exactas en un problema del guion.

Lo más lamentable es la oportunidad desperdiciada de abordar los claroscuros de una figura controversial de manera imparcial e interrogante, y no como una persona vacilante que cambia de opinión cada cinco minutos.  En estos blancos y negros, se podría meditar seriamente sobre lo delicado, complejo y contradictorio que pueden ser los tiempos de crisis, y cómo decisiones que afectan a todos son tomadas por unas pocas figuras idolatradas, en una posición privilegiada, y que tienen una estabilidad emocional tan mala o buena como el ciudadano promedio, sin que realmente empaticen con cómo afectan sus decisiones a los más vulnerables.

Estos temas son de alta relevancia para la investigación actual que se encuentra jugando con varias nuevas manifestaciones del fuego de Prometeo, como la inteligencia artificial y que no consideran las futuras problemáticas que su ego o amor por la abstracción pueden traer para la humanidad.

Como dice el presidente Merkin Muffley, interpretado por Peter Sellers en Dr. Insólito o: Cómo aprendí a dejar de preocuparme y amar la bomba: “Caballeros, ¡no pueden pelear acá! ¡Este es el cuarto de guerra!”. Desgraciadamente en este campo de batalla que podría ser Oppenheimer  no se nos permite hablar sobre guerra.

Oppenheimer se estrena este 20 de julio en salas de cine y entre su reparto se encuentran Cillian Murphy, Emily Blunt, Matt Damon, Florence Pugh, Robert Downey Jr., y Rami Malek.

*Crítico de Cine. Colaborador de CinEspacio24.

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