Guía básica de apreciación y lenguaje cinematográfico – CinEspacio24

Guía básica de apreciación y lenguaje cinematográfico

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Guía básica de apreciación y lenguaje cinematográfico i cómo convertirte en un «cinéfilo m4m4d0r».

Por Sebastián Navarro*

Admitámoslo, hay cinéfilos que nadie aguanta, ya que muestran un sentimiento de superioridad por poseer un conocimiento que otro no ha obtenido y esto los hace tan inaguantables como aburridos (creo que varios de ellos lo saben). Pero esto no es un mensaje de odio, todo lo contrario, es un artículo de apreciación al aprendizaje y, sobre todo, al cine.

Todos hemos visto más de una película y, de cierta forma, entendemos al medio y lo que representa. Sentarse en la butaca, comer palomitas y observar la enorme pantalla es el ritual de muchos para perderse en otro universo; entretenimiento puro. Pero, si es que has llegado hasta aquí, probablemente estás genuinamente interesado en el medio, quieres verte bien en la próxima comida familiar o tal vez sólo buscas entender a tu amigo que se la pasa hablando de encuadres, tomas y fotografía.

Para empezar a indagar en el mundo cinematográfico cabe resaltar la importancia de las películas como medio comunicativo, más allá del entretenimiento (considera esto como el «paso uno»). El cine es arte y, como todo arte, la base de su entendimiento radica en la manipulación de las emociones. Es decir, como seres sociales, los humanos poseemos empatía, rasgo que nos ayuda a relacionarnos los unos con los otros y comprender situaciones ajenas (algo que plantean cada uno de los filmes en existencia). Las películas buscan hacernos sentir, lo que sea, y ese principio, junto a la interpretación propia, funcionan como la estructura que da forma y razón de ser a las demás propiedades de un largometraje.

Ahora bien, una producción cinematográfica se compone de millones de elementos diferentes que hasta a mí me dan flojera mencionar, pero en su conjunto, conforman la reproducción de una historia a través de una pantalla. Para empezar, la realización de un largometraje se divide en tres fases: preproducción (donde se realizan los planteamientos iniciales de la historia o borradores, se redacta el guión cinematográfico, se eligen de locaciones, el cast de actores, etc.), la producción (lo que conocemos como la grabación de la película en sí) y la postproducción (la edición de la película, donde se escogen las mejores tomas y se agregan los efectos especiales, si son necesarios). Dentro de cada una de ellas hay varios factores que influyen en el estilo de contar la historia y en el propio resultado final. Éstos son objetivos y subjetivos.

Los elementos objetivos se pueden dividir en varios rubros, pero con el fin de avanzar en este artículo los resumiré en tres partes: narrativos, estéticos y técnicos. Primero los más “fáciles”: los narrativos. La historia funciona como hilo conductor y razón de existir de la película. Quizás por eso, la superficialidad de este rubro y su propia importancia es el principal factor por el cual la mayoría de personas enfocan toda su atención en él e ignoran otros aspectos. Fijarse en cómo está contada, el género, el mensaje que busca transmitir, la relevancia de cada secuencia para avanzar, el propósito y la coherencia en las acciones de los personajes y la naturalidad en la que se desenvuelven las situaciones planteadas son vitales para entender y dar valor a una escena, secuencia o hasta el filme completo.

Por ejemplo, pensemos en tu película romántica favorita, para mí será La La Land (2016), en ella, nos cuentan la relación de Mia y Sebastián a través de su búsqueda de éxito en la vida. Como en la vida real, encontramos que los personajes son complejos, tienen motivaciones y objetivos en la vida; Mia es una aspirante a actriz y Sebastian un músico en búsqueda de algo más. En su relación existen situaciones equiparables a la vida real, pero sobre todo comportamientos que no sólo nos remontan a la realidad, sino que también son interesantes de ver y generan empatía. Además, los personajes se desenvuelven de manera orgánica en la historia que se nos busca contar, con secuencias que no sólo desarrollan la trama sino hasta a sus propios personajes.

Los elementos estéticos son el look general, cómo se ve y cómo eso añade a la inmersión. Veamos a The Batman (2022), película en la que seguimos a Bruce Wayne en sus primeros años como vigilante nocturno. La historia es oscura, así como las decisiones artísticas en torno a ella. Un look lúgubre, gótico y sucio, tanto en sus personajes como en la propia fotografía, no sólo le da personalidad a la película, sino también nos dice algo subconscientemente: están buscando transmitir las mismas sensaciones narrativas en un lenguaje visual. Seguro que no sería lo mismo narrar esa historia con personajes optimistas y a plena luz del día. Y esos detalles siempre aportan.

La fotografía (ese elemento que no deja de mencionar tu amigo cinéfilo) es un aspecto tan básico como complejo. Para entenderlo, hay que basarnos en el arte de contar una historia así como el de potenciar emociones mediante los lentes de una cámara, la luz e iluminación. Como decía en el ejemplo anterior, el diseño de iluminación, el posicionamiento de la luz y la elección de cámaras puede modificar drásticamente cómo vemos el contenido y su significación. Es una combinación de los aspectos artísticos y técnicos.

Podemos describir a los elementos técnicos como los más complejos quizás: planos, fotografía, movimientos de cámara, montaje, banda sonora e interpretaciones actorales, por decir los más esenciales. Éstos son la parte más sistemática y, valga la redundancia, técnica.

Los filmes se dividen en planos (es la unidad más pequeña del rodaje, o sea la grabación de una acción de un modo determinado), escenas (está marcada en un tiempo y espacio determinado, cuando éstos se modifican la escena termina) y secuencias (es la representación de una idea completa mediante diferentes escenas y, quizás, en diferente tiempo o lugar, por ejemplo una batalla final en una película de superhéroes) que conforman la película completa.

El cine son imágenes en movimiento y bien cuentan que las imágenes dicen más que mil palabras. Es así que los planos son la representación de la atención del espectador, funcionan como una guía a lo que tiene, o no, que ver. Y cada plano tiene un porqué. Por ejemplo, en un plano detalle podemos ver las cosas más específicas, mientras que en un plano general podemos observar un mayor panorama de la situación.

Ahora bien, ya que establecimos que el cine son imágenes en movimiento, (y a diferencia de los planos que son la imagen desde un panorama inmóvil), la acción de mover la cámara, o no, tiene una funcionalidad parecida a la de los planos, pero es en su ejecución que encontramos diferentes sentidos que nos orientan a diferentes sensaciones. Si bien varía su funcionalidad de acuerdo a la intención, un ejemplo se da cuando la cámara hace un paneo para seguir el movimiento de nuestro personaje o para mostrar el escenario y sus detalles. O el clásico roll que comúnmente vemos en cintas de terror y que representa la extrañeza en una escena.

Resulta complicado explicar todo esto en papel y puedo entender que te sientas algo confundido y acomplejado, pues son muchas cosas. Apenas y toque la superficie de estos temas, por eso te recomiendo buscar en internet algunos ejemplos de cómo funcionan y su intención dentro de algunos largometrajes. 

El montaje o edición es una de las tareas más complicadas y complejas del medio, pues dota de sentido a la trama y liga las ideas dentro de diferentes secuencias de la misma película. Es decir, es la que en parte da coherencia al material audiovisual. La elección de tomas conjuntadas una con otra pueden significar cosas completamente diferentes dependiendo del orden.

Poniéndonos en situación cinemática: imagina ver en una toma una bomba debajo de una mesa, en otra a una pareja sentada como si nada en esa misma mesa, a continuación la bomba detona. Ahora, rebobinando un poco, imaginemos a una pareja sentada tranquilamente en una mesa y, de repente, una explosión yace de la nada dentro de la misma. La primera situación causa intriga, suspenso, preocupación; la segunda nos causa confusión, impacto. Este ejemplo, trasladado a un largometraje refleja mejor lo complicado y variado que puede tornarse la edición.

La subjetividad da variedad. Todos tenemos nuestra opinión. Las películas llevan en su interior multitud de mensajes, que debes saber encontrar e interpretar. Esa interpretación subjetiva es el último paso para entender la cinematografía y sus producciones como medio de comunicación. Como personas, nos llenamos de experiencias día con día y, aunque haya paradigmas, es imposible que veamos la misma cosa igual, y es por eso que ver una película, analizarla, interpretarla y formular una opinión no puede escaparse de la subjetividad nata del individuo.

Mirar una película no sólo debe ser visto a través de los elementos más objetivos y técnicos, el famoso “no me gustó”, “está padre”, “me hizo llorar” son válidos y correctos, siempre y cuando se implemente una argumentación que combine ambos aspectos, objetivos y subjetivos. No porque tu abuelita no haya entendido Transformers 2 y le parezca aburrida significa que su opinión está mal. Quizás ella vea cosas que tú ignoraste. Todas las opiniones son válidas, por más aventuradas que sean, mas tampoco sería correcto afirmar que IT (2017) es una película infantil, por ejemplo. Sí existe una línea entre la opinión y los estándares. También, siempre es importante destacar el contexto real en el que salió la cinta. Es decir, juzgar los efectos especiales de Star Wars: A New Hope (1977) contra los de Avatar (2009), no es justo. O, en otro ejemplo, ver una película sobre la revolución femenina en Latinoamérica del 2021 quizás no será vista de la misma manera en 50 años.

Aún en un mundo con redes sociales llenas de odio y desinformación, tener una opinión fundamentada, vaya en contra de la corriente o no, es una de las riquezas más grandes que nos puede dar el cine. Y, aunque apenas pude darte una probada del análisis cinematográfico y sus componentes, como verás, entender este mundo y su lenguaje tiene múltiples aristas y en su complejidad yace su belleza. Mi consejo para ti es disfrutar cada toma, cada escena, cada película, para entonces cuestionar lo qué pasa, cual niño chiquito; desmenuzar los diferentes elementos para diseccionar con atención cómo te hacen sentir, cómo y qué tanto funcionan para la narración y si se desarrolla orgánicamente dentro del mundo que se te plantea, para así generar una opinión argumentada, profunda y digna de cualquier cinéfilo m4m4dor.

 

Agradecimientos: Lucía Landa, Ana Sandoval.

*Colaboración especial

 

Fuentes:

https://www.domestika.org/es/courses/600-introduccion-a-la-direccion-de-fotografia-cinematografica?gclid=Cj0KCQjwnNyUBhCZARIsAI9AYlFVyt5yfbduZ6l8jrN3HsIZEf8PEvYwLNCBkw_bpgx3PeXQgAY-1pgaAlBNEALw_wcB

https://www.cpaonline.es/blog/artes-escenicas/diferencia-entre-escena-plano-toma-y-secuencia/

https://laprofedeaudiovisuales.blogspot.com/2017/05/planos-y-angulaciones-de-camara.html

https://www.uhu.es/cine.educacion/guiascine/guiacine1_3.htm

https://help.sketchup.com/es/sketchup/moving-and-aiming-act-camera

https://50mmfotografas.com/la-fotografia-en-el-cine-inspiracion-y-recursos/

https://medialab.up.edu.mx/noticias/que-es-la-fotografia-en-el-mundo-del-cine/

https://www.pinterest.es/pin/466052261448636434/?mt=login

 

 

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