No obstante, el introducir esta situación realista al inicio de la película es un problema, ya que no  logra profundizar de una manera eficaz en la cuestión del horror sobrenatural, es decir, este tema que en realidad es lo interesante del filme se expone de una forma muy superficial. De alguna manera la película se siente como si abarcara muchas cosas sin ahondar nunca en ellas, dejando bastante huecos que la dotan de un ritmo bastante precipitado y al final se vuelve algo carente de lógica.

Quizá uno de los grandes aciertos de la película es el personaje de Lucía en el cual podemos ver una figura femenina totalmente empoderada, que a pesar de las circunstancias, no es un papel de víctima, sino un personaje que se supera constantemente pese a las hostilidades que la acosan, tanto físicas como terrenales. Es en este contexto, la actuación de Ester Expósito es formidable al presentar el contraste de matices y claroscuros dentro de su personaje. Una suerte de Scream Queen hiper-moderna en un ambiente sucio, miserable y decadente, pero que a diferencia del cliché no sólo trata de sobrevivir, sino que se convierte en una figura amenazante tanto para sus agresores como para su entorno.

El problema aquí es que la interpretación del personaje, además de regalarnos escenas altamente violentas y grotescas que son una potencia visual característica del cine de terror — particularmente hay una escena con cucarachas y otra con una engrapadora industrial que son fabulosas y lo valen totalmente — también se presentan varias situaciones que se sienten ridículamente forzadas y que disminuyen mérito a la actuación de Ester y de su personaje, haciéndolo sentir como si fuera una caricatura del mismo.

Si bien el filme se arriesga mucho y tiene grandes elementos tanto conceptuales como estéticos del terror, en realidad es una película que se siente más frenética y exagerada que propiamente terrorífica. Tiene problemas con su lógica y expone elementos que son interesantes pero que a la vez pasan totalmente desapercibidos en el guion.

Venus, que se estrena en salas de cine este 4 de mayo,  es una película que en estética, concepto y elenco es brutal, pero que a la vez en argumento, ritmo y guion tiene demasiados baches siendo el más grave el no lograr profundizar con sus múltiples temas.

El Pumpkímetro para Venus

Momento de dar mi veredicto. Para quienes no me han leído antes yo utilizo calabazas para calificar a las películas, ¿por qué? Porque son súper versátiles para toda ocasión. Tomando como parámetros que cinco calabazas equivale a «El resultado de este filme es tan magnífico como finalizar un ritual arcano de manera exitosa, consiguiendo el regreso de los Antiguos a este mundo: un horror cósmico» y que por el contrario, cero calabazas sería más o menos como «Ver esta película es igual de decepcionante como cuando vas a una lectura con tu médium de confianza y te das cuenta que es un fraude total que sólo habla al tanteo». Tomando en cuenta mis argumentos anteriores le daré un total de  🎃🎃🎃 a la super poderosa Lucía, con la esperanza de que en algún momento las pueda utilizar ya sea para un exótico baile gogó o para un ritual arcano.