El filme sigue los pasos de Lydia Tár (increíble interpretación de Cate Blanchett), una reconocida compositora y directora de orquesta, quien está preparando su próxima presentación al frente de la filarmónica de Berlín, para tocar la Sinfonía #5 de Gustav Mahler. Mientras se prepara  e instruye a su equipo para tocar dicha melodía, somos testigos de diversas partes de su vida, como su entorno familiar  con su esposa y su hija adoptiva,  su tiempo profesional donde vemos como se relaciona con su asistente y todo el equipo que está bajo sus órdenes;  además de pequeños momentos como profesora de música y de sus relaciones sociales.

 Todos estas situaciones comparten algo en común, Lydia domina el entorno, es dueña de todo lo que sucede. Como si ella controlara el tiempo de lo que acontece a su alrededor; esto se acentúa con el lenguaje cinematográfico que usa el director, pues la cámara no sigue a Lydia, es ella con sus movimientos quien crea la puesta en escena. 

No obstante, la historia va marcando poco a poco, como un ritmo musical, las acciones detestables de Tár, sobre todo con las mujeres que le ayudan en su trabajo.  La película muestra las consecuencias de estos actos poco éticos y dañinos de Lydia  por medio de unas tomas que bien pueden etiquetarse como cine de terror,  donde la protagonista ya no tiene el control. 

Con seis nominaciones al Oscar, entre ellas Mejor Actriz, Película y Director, este largometraje destaca por la construcción de su personaje principal, además de cuestionar temas como la “cultura de la cancelación y “la separación de la obra y el autor”.

 Tár, que se estrenó en salas de cine este 23 de febrero, es una cinta transgresora por el punto de vista que aborda para reflejar los abusos del poder.