La última estafa nos narra cómo un director de películas de serie B realiza un plan para pagar su deuda con la mafia: hacer un filme donde su protagonista muera y así cobrar el seguro. Una sátira al quehacer filmográfico en Hollywood.
Las películas del cine dentro del cine por lo regular tiene ese encanto de mostrarnos esa inefable magia que aparece en la realización de un filme. Esa es la esencia de La última estafa (The comeback trail), una entretenida comedia dirigida por George Gallo y protagonizada por tres grandes actores, Robert de Niro, Tommy Lee Jones y Morgan Freeman.
Gracias a esa triada de enormes histriones, la cinta es un atractiva sátira sobre el quehacer filmográfico en Estados Unidos, donde nos muestran que los egos, la vanidad, los sueños frustrados, los actores olvidados, los productores codiciosos y la obsesión de ganar un premio Oscar, son características de ese mítico lugar llamado Hollywood.
La película nos narra las peripecias de Max Barber (Robert de Niro), un productor de cine de serie B, quien se presenta como un soñador que asegura que alguna de sus obras serán un éxito, a pesar de recibir siempre malas críticas sobre su trabajo. Tiene como socio a su sobrino Walter (Zach Braff), un ingenuo personaje, que cree todo lo que le cuenta su tío.
Después de que Max le debe dinero al jefe de la mafia local, Reggie Fontaine (Morgan Freeman), planea una estafa para saldar su deuda: iniciar una nuevo filme con escenas de alto riesgo para que el protagonista muera y así cobrar el seguro. Por eso decide filmar un western con un actor que en su juventud fue una estrella de cintas de dicho género, Duke Montana (Tommy Lee Jones), un borracho y deprimido artista.
El director George Gallo cuenta que es un largometraje que siempre quiso hacer, y se basa en una película que nunca se terminó de filmar titulada The Comeback Trail del director Harry Hurwitz, la cual Gallo tuvo la oportunidad de ver su primer corte en 1974.
En ese sentido, se nota que Gallo es un cinéfilo, ya que la cinta está repleta de referencias cinematográficas, las cuales quizá por momentos lleguen a ser exageradas pero gracias a la experiencia y talento del elenco son lúdicas, agradables y con buen ritmo; es decir, tiene una construcción narrativa donde además de realizar un homenaje al cine estadounidense (nadie tiene tanto amor propio como Hollywood), se burla de sí mismo, y esa es una de sus mejores fortalezas.
Otro punto a destacar es la fotografía a cargo de Lucas Bielan, quien filma con cámara en mano, lo que podría llegar a molestar, sin embargo produce que la cinta se sienta con más dinamismo, y produce un realismo que se contrapone con las hipérboles de la comedia que nos presentan, logrando una ambivalencia por demás atractiva.
Robert de Niro decidió participar en este proyecto al terminar la filmación de El irlandés de Martin Scorsese, ya que quería hacer una comedia después de la crudeza de su actuación en esa cinta. La última estafa se estrena en salas comerciales de México este 29 de julio.
No será la mejor comedia, pero la divertida premisa, las grandes actuaciones, las referencias fílmicas y el argumento de contar cómo se produce una película, hacen que valga la pena que la disfrutemos.
*Periodista y realizador. Director y Editor en CinEspacio24 Noticias. Colaborador en Cio Noticias
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