«La mujer que sabía leer», en un pueblo sin hombres

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La mujer que sabía leer es una cinta francesa ambientada en 1852, y narra la historia de un pueblo que se quedó sin hombres por culpa de la guerra, y donde las mujeres encontrarán la forma de sobrevivir, pero añoran, sobre todo las más jóvenes, una sana experiencia sexual.

Por Arturo Brum Zarco*

@arturobrum

La cinta francesa La mujer que sabía leer narra la historia de un pequeño pueblo francés donde no hay hombres, ya que todos fueron forzados a unirse a las tropas de Napoleón III en 1852. En el lugar sólo quedan mujeres, algunas con sus hijos, otras ya en la vejez y las más jóvenes, quienes se encuentran más consternadas y preocupadas.

Esas jóvenes sienten que su futuro como madres es incierto, que su necesaria y sana experiencia sexual no será una realidad y que su sueño de encontrar el amor es casi imposible. Ya que en su percepción del mundo, sobre todo en esa época, vivir sin hombres era quitarles su normalidad.

Esa normalidad se refiere al hombre como proveedor de lo necesario para que satisfagan sus deseos sexuales y además logren embarcarse. Por tal motivo, ese grupo de mujeres realiza un pacto: si en algún momento llega un hombre al pueblo van a compartirlo sexualmente.

No obstante, en el aspecto laboral y de supervivencia las mujeres no tienen ningún problema, se dedican a realizar trabajos de agricultura, ganadería y construcción. Es decir, sobreviven sin los encargados de realizar “los trabajos pesados”.

Es así como el filme, ópera prima de Marina Frances, muestra sin tapujos que la verdadera preocupación de la mayoría de las mujeres es su satisfacción sexual y lograr ser madre, un reflejo de la naturaleza humana.

Cuando llega un misterioso y “por suerte” atractivo hombre al pueblo, éste se queda a ayudar en las tareas y trabajos que realizan las mujeres; y el conflicto aparece cuando es hora de cumplir con ese pacto de compartirlo en la cama.

El filme se basa en la novela El hombre semen escrita en 1919 por Violette Ailhoud, una obra un tanto autobiográfica, ya que cuando Violette era adolescente vivía en un pueblo que se quedó sin hombres por culpa de la guerra.

La mujer que sabia leer es una propuesta interesante sobre qué pasa cuando las circunstancias cambian las dinámicas y costumbres de una sociedad, asimismo muestra que los hombres y mujeres encuentran las formas de sobrevivir ante las adversidades, enseña la mentalidad de las mujeres de esa época donde ser madre era una prioridad; y en un sentido más abierto aboga por la sexualidad como punto clave para la felicidad.

La directora supo tocar cada tema con sutileza y con una fotografía contemplativa, hermética y poética, y actuaciones destacadas y diálogos honestos. No es condescendiente con las protagonistas ni las pone como víctimas. El filme se enfoca en dos caminos para reflexionar: el trabajo de las mujeres en una comunidad y su libre deseo sexual.