Crítica de La Abuela, la nueva cinta del director español Paco Plaza, que nos narra la historia de una joven que tendrá que cuidar a su abuela, acto que se convertirá en un verdadera pesadilla.
Por Jesús M. Pedraza Madrid*
Hace algunos años tuve la oportunidad de asistir a una conferencia que hablaba sobre el concepto de terror en las literatura de Stephen King (mi autor favorito) y entre tantas cosas de las que los expositores hablaron, me llamó mucho la atención una idea que yo podría resumir en la siguiente frase: «una de las formas más puras de terror que podemos encontrar, es aquella en la que lo que es bueno, cotidiano e inofensivo; se transforme en algo malo, peligroso y letal».
Con esa idea en mente analizó la película La Abuela, dirigida por Paco Plaza (realizador de Verónica y la famosa saga de REC); escrita por el guionista Carlos Vermun —basándose en una idea original del propio Plaza— y protagonizada por Almudena Amor en el personaje de Susana y Vera Valdéz como su abuela Pilar.
Este largometraje nos cuenta la historia de Susana, una joven modelo que se encuentra en la icónica ciudad de Paris en la antesala de la que parece ser una gran oportunidad para su carrera, sin embargo una desafortunada noticia cambiará su vida cuando le notifican que su abuela Pilar ha sufrido un derrame cerebral y ha quedado totalmente incapacitada de valerse por sí misma.
Ante la adversa situación Susana regresa a España para hacerse cargo de la única familia que tiene y descubrir con tristeza el cascarón de la que fue alguna vez una madre para ella. Con el paso de los días, los esfuerzos de Susana por atender de Pilar — a la par de su búsqueda por un servicio de cuidados doméstico— se van tornando más pesimistas, agotadores y macabros, hasta el punto que harán dudar a la joven sobre su propia salud mental y la vulnerabilidad de su abuela.
La Abuela es un filme cuyo gran acierto es poner como base una serie de temores sobre el cuidado de adultos mayores. Desde el punto de vista moral de una persona que procura crear un ambiente seguro en su hogar en vez de deshacerse de ella internándola en un asilo, tema que para muchos sigue siendo un prejuicio social fuerte e incluso un tabú.
Esta cinta cuenta con fuertes escenas que reflejan la cruel realidad y la frustración inherente al cuidado de un adulto mayor incapacitado para valerse por si mismo, cosa que a nivel audiencia se traduce en una opresiva sensación de ansiedad durante largos momentos del largometraje.
Asimismo, La Abuela cuenta con un gran manejo del lenguaje cinematográfico a la par de un claustrofóbico diseño de producción, dos factores que ayudan a mantener una tensión constante que se ve acentuada aún más por la potente actuación dramática de Almudena Amor y Vera Valdez; elementos que forman un terror atípico y muy opresivo en comparación con otros filmes recientes.
Sin embargo, la obra peca de una fotografía en exceso oscura que resulta incómoda y molesta para el público; por otro lado su guion es más o menos pobre y no nos termina de convencer sobre las decisiones que Susana toma a lo largo de la historia, pues provoca que su personaje no tenga una evolución adecuada. Me parece que el argumento (que no siento sea original) es demasiado obvio y predecible desde la primer escena.
El gran problema con La Abuela, la cual se estrena en salas mexicanas este 28 de abril, es su manejo del elemento sobrenatural para acentuar el terror. Si bien la película tiene grandes momentos de tensión y genera sin duda ansiedad, las escenas que están planeadas para asustar al espectador son sorpresivamente deficientes, y digo “sorpresivamente” tomando en cuenta la reconocida experiencia de Paco Plaza.
Al hablar de una película que gira en torno a lo traumático que puede resultar la dependencia de un adulto mayor o incluso lo vulnerable que puede llegar a ser, podemos recordar filmes como The Visit (M. Night Shyamalan, 2015), donde un par de niños visitan a sus abuelos para vivir una experiencia traumática; o incluso la que a mi parecer es una de las películas de terror más fuertes que tocan este tema, The Taking of Deborah Logan (Adam Robitel, 2014), la cual narra la vida de una mujer mayor que sufre de Alzheimer y que permite a un equipo de estudiantes grabar el proceso de su enfermedad, para descubrir que ocurre algo mucho más siniestro con ella. Ambas películas saben utilizar al máximo los elementos de terror en sus rodajes, cosa que a mi parecer La Abuela no supo explotar del todo.
El Pumpkímetro para La Abuela
Para quienes no me han leído anteriormente a mi me gusta premiar con calabazas tiernas de mi huerto a las películas que reseño. ¿Por qué? Por que las calabazas son buenas para la salud, divertidas y muy versátiles. Tomando como referencia que cinco calabazas es equivalente a «Ver esta película es igual de gratificante que pasar un fin de semana siendo consentido en casa de tus abuelos» y que por el contrario, cero calabazas seria algo como «Una incómoda y triste sensación de impotencia al ver que las personas se van terminando o ya no están». Con base en mis impresiones anteriores, yo le entrego esta película un total de 🎃🎃🎃 para que Susana le prepare a Pilar unos riquísimos y nutritivos calditos, con la esperanza de que le hagan un bien y que se recuperé pronto de su padecimiento.
La Abuela es una película interesante con varios puntos rescatables por los cuales la recomiendo ver; lástima que el manejo de algunos elementos y la lentitud de su trama pesen demasiado, convirtiéndola en un filme que pudo haber sido bastante superior. ¡Hasta la próxima!
*Analista. Crítico de cine. Colaborador de CinEspacio24.
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