Festival de la Canción de Eurovisión: La historia de Fire Saga, protagonizada por Will Ferrell y Rachel McAdams cumple su objetivo como parodia y homenaje al concurso de canto más popular en Europa.
Por Arturo Brum Zarco*
La música es liberación. Es un fenómeno artístico con muchos enfoques, hay cantantes de pop donde su extravagancia es mayor que su talento, donde sus espectáculos en vivo son fastuosos, los cuales en algunos casos llegan a lo irrisorio.
No obstante, sin duda es una forma de expresión en la que el cantante muestra su personalidad, estilo, manera de pensar, sus sentimiento de “diva” y sus ganas de conseguir la nota perfecta.
Eso lo podemos ver en El Festival de la Canción de Eurovisión, concurso televisivo en donde anualmente participa un representante de cada país europeo miembro de la Unión Europea de Radiodifusión. Uno de los programas más longevos de la historia, que desde 1956 muestra talentos de cualquier género musical.
Realizar una parodia de lo que ocurre alrededor de dicho festival, con su extravagancia, sus arriesgados espectáculos, las increíbles voces que se han presentado, funciona como un tipo de homenaje y una divertida postal de Eurovisión.
Eso hace el actor y comediante Will Ferrell, quien con su característico sentido del humor, al exagerar las situaciones, usar al slapstick, diálogos que parecerían sin sentido, momentos sutiles de humor negro, logró con su nueva cinta Festival de la Canción de Eurovisión: La historia de Fire Saga, película original de Netflix, una comedia agradable que funciona para mostrar a todo el mundo las bondades y curiosidades de unos de los eventos más populares en Europa.
Dirigida por David Dobkin y producida por Adam Mckay (quien ha acompañado como productor a Ferrell en diversas comedias, como El reportero: la leyenda de Ron Burgundy, Hermanastros, Ricky Bobby – Loco por la velocidad), protagonizan la cinta Will Ferrell, Rachel McAdams, Dan Stevens, Demi Lovato, Pierce Brosnan, conductores populares europeos como Graham Norton, y cameos de varios de los ganadores de Eurovisión.
La cinta nos narra la vida de dos cantantes Lars (Ferrell) y Sigrit (Racheñ McAdams), quienes viven en Húsavík, un pequeño pueblo de Islandia, y tienen el sueño de volverse famosos y ganar Eurovisión; sin embargo, su talento no es lo que ellos imaginan y en muchas ocaciones sus shows causan más risas burlonas que aplausos.
Al tener la oportunidad, por una terrible casualidad, de representar a su país, Lars y Sigrit están seguros que cumplirán su objetivo, pero los gobernadores y la sociedad de Islandia sólo esperan que el ridículo que van a hacer no sea tan grande.
No hay que dejar afuera que la cinta podría caer en ser una representación de la visión estadounidense sobre el festival, pero la colaboración de varios ganadores del concurso hacen de esta parodia un producto que se siente más como un homenaje.
La dupla entre Will y Rachel logra una buena química para presentar a dos extravagantes cantantes islandeses que siempre preparan cosas llamativas en sus espectáculos, como cantar en una rueda gigante de ratón (algo que sí sucedió en el festival). De esa manera, muestra esos sentimiento de «diva», quizá una falta concepción de sus capacidades como artista, lo que refuerza los chistes de toda la cinta.
El filme seguro tendrá sus detractores al sentir que se burla y estereotipa a los cantantes europeos; pero es todo lo contrario, hace un homenaje a partir de la parodia.
*Periodista y realizador. Director y Editor en CinEspacio24 Noticias. Colaborador en Cio Noticias.
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