«El tiempo del Armagedón», lecciones de vida para tiempos caóticos – CinEspacio24

«El tiempo del Armagedón», lecciones de vida para tiempos caóticos

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Crítica del la cinta El tiempo del Armagedón, dirigida por James Gray. Un filme ambientado en los años 80 en los Estados Unidos, que a partir de una mirada infantil nos muestra el clasismo y racismo de dicha época. 

 

Por Jesús M. Pedraza Madrid*

IG: @juxo_o

El tiempo del Armagedón es una película dramática con un tono Coming-of-age y autobiográfico dirigido por  James Gray, reconocido director de filmes como Ad Astra (2019) y The Lost City of Z (2016). El filme cuenta con un reparto espectacular conformado por un grandioso Anthony Hopkins, una conmovedora Anne Hathaway y un estricto Jeremy Strong; a la par que presenta un adecuado elenco juvenil con la participación de Jaylin Webb y Banks Repeta en el papel protagonista.

El argumento del filme es una historia profundamente personal basada en las memorias de la niñez de James Gray, una elección muy ad hoc a la tendencia que algunos directores han seguido durante los últimos años, como es el caso de las recientes galardonadas a los premios de La Academia, Roma ( 2018 de Alfonso Cuarón), Minari (2020 de Lee Isaac Chung) y Belfast ( de Kenneth Branag), por mencionar unos pocos.

El tiempo del Armagedón aborda varios temas complejos, entre ellos la educación tanto familiar como institucional, el legado y la herencia de las relaciones familiares, el racismo sistematizado, la inmigración y el judaísmo, el descubrimiento de las aspiraciones personales a la par de su confrontación con el “deber ser”, la amistad, el privilegio y la pérdida de la inocencia desde una perspectiva infantil en el seno de una complicada familia de clase media; todo esto dentro de un país cambiante y contradictorio, pero sobretodo clasista.

El filme trata sobre Paul Graff,  un niño rebelde y caprichoso que pertenece a una familia con ascendencia ucraniana y judía. Al inicio de un nuevo año escolar, Paul comienza una profunda amistad con Johnny Davis, un problemático niño afrodescendiente de clase baja. Con el transcurso de su amistad, ambos niños comparten una serie de experiencias que resultaran en consecuencias complicadas para los jóvenes; por su lado Johnny se verá obligado a esconderse de las autoridades,  mientras que Paul, en un intento de su familia por “corregir” su camino, es transferido a Forest Manor, una estricta institución educativa para la privilegiada élite de los Estados Unidos de 1980.

En una primera impresión el filme aparenta regalarnos una historia conmovedora y muy bien trabajada a través de un elenco de primera y una maestría técnica respecto a su producción, cinematografía, dirección y actuación; sin embargo, a pesar de que la película complace y supera con creces varios de éstos aspectos, de alguna manera se siente insuficiente respecto al argumento en sí mismo.

Uno de los puntos a favor de la cinta es su visión en retrospectiva de un Estados Unidos sumido en una época de grandes transformaciones, tanto políticas como sociales y culturales, observadas a través de una mirada inocente e infantil pero a la vez con una reducida interpretación doméstica sobre qué es lo correcto y qué es lo incorrecto, es decir, la diferenciación entre el bien y el mal. Dentro de la mayor parte de sus sus escenas podemos alcanzar a identificar una gran cantidad de detalles, sutiles pero notorios que evocan diferentes sensaciones. Mientras que por un lado podemos percibir algunos reflejos del clásico sueño americano y la búsqueda de alcanzar un ideal a toda costa, por el otro tenemos la presencia inescrutable del recuerdo y el trauma de un grupo de población inmigrante dentro se sus diferentes personalidades en una misma familia. 

Como mencioné  al inicio de este texto, este filme esta cargado de diversas tramas, temas y problemáticas que sin lugar a dudas son un reflejo acertado del contexto social, cultural y político de Estados Unidos. La película presenta una descripción interesante desde una perspectiva íntima y nostálgica de un país en constante transformación, demostrando tanto sus defectos como sus propias virtudes y haciendo de éste un espejo fiel del gentilicio norteamericano.

Nos habla principalmente de indiferencia, clasismo, inmigración, discriminación racial, problemas sociales referentes a las infancias complejas, el privilegio y la corrupción, entre otros; pero también nos habla de la amistad, la lealtad, las oportunidades y golpes de la vida así como de la fortaleza que tanto la herencia como la familia representan dentro de la estructura social .

Sin embargo es triste decir que el largometraje toca estos temas de una manera muy superficial, convirtiéndolos más en una especie de recurso meramente ambiental y nada más. De la misma manera, siento como que el filme abusa del privilegio del espectador de conocer el futuro de la historia de Estados Unidos (recordemos que la película está ambientada en 1980), de tal manera que en vez de crear una estructura sólida dentro del filme, parece convertirse en una suerte de cacería de guiños al contexto futuro que conocemos.

Por mencionar dos ejemplos, el hecho de tomar una familia inmigrante de Ucrania (que nos recuerda obviamente al conflicto bélico actual) así como la aparición del Fred y Maryanne Trump como personajes relacionados a Forest Manor, que es un claro guiño al perfil político estadounidense  durante el mandato de Donald Trump. A final de cuentas este tipo de detalles al ser tratados de esta forma un tanto descriptiva y superficial, producen la sensación de artificialidad para el espectador respecto a los temas y conflictos presentes en el filme, y por esto que nunca logramos conectar con la supuesta pérdida de la inocencia de Paul al ser partícipe y testigo de la realidad a la que se enfrenta.

El Pumpkímetro para El tiempo del Armagedón

Es momento de otorgar mis calabazas. Para quienes no me han leído antes, yo califico una película con calabazas porque son bonitas, altamente nutritivas y útiles para todo momento. Tomando como parámetro en esta ocasión que cinco calabazas equivaldría a algo como «Ver este filme despierta un conmovedor sentimiento que toca el alma, similar a recordar las lecciones de la vida que nuestros abuelos nos transmitieron. Algo simplemente inolvidable» y que por el contrario, cero calabazas sería algo como «Ver esta película se siente como ser el invitado de un invitado a una cena familiar. Puede ser interesante e incluso ameno… pero también existe la posibilidad de que sea incómodo y nunca logres conectar del todo». Con base en mis impresiones anteriores, yo le otorgo a Aaron Rabinowitz (el abuelo de Paul) nada más y nada menos que 🎃🎃🎃, con la fiel certeza de que si las lleva con su pesado nieto, podrían compartir juntos un memorable momento de calidad junto con algún lindo aprendizaje.

El tiempo del Armagedón es una buena película que cumple con la expectativa de ver una historia interesante, pero que como un de Coming-of-age no fue bien logrado. Estoy seguro de que si eres fan tanto de la historia de Estados Unidos y su comparación con el presente así como de las películas autobiográficas la disfrutarás muchísimo, y más si quieres profundizar sobre la visión personal de su director. Pero si lo que buscas es un filme conmovedor hasta las lágrimas para compartir con familiares, pareja o amigos, tal vez no te resulte del todo para lo que estás buscando. ¿O tal ves sí? Dale la oportunidad y con gusto platicamos, me gustaría conocer tus impresiones. ¡Nos vemos pronto! Si gustas creo que estaré armando un cohete para volarlo después, looks like fun!

 

 

*Crítico de cine. Colaborador de CinEspacio24.

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