Desde los comienzos del cine este se ha vinculado con las bellas artes: la danza, literatura, arquitectura, escultura, pintura y sobre todo la pintura que siempre ha formado parte de su desarrollo.
Por lo tanto, para un buen análisis de la imagen no podemos darnos el lujo de hablar de cine sin hablar antes de la pintura, pues a lo largo de la historia podemos observar que la influencia ha sido mutua, una película se construye con una secuencia de imágenes y la pintura es referente para crear la estética, universos, movimientos y nuevos lenguajes.
Muchos cineastas han tomado famosas obras de artes como referente para sus películas, ya sea para darle cierto toque narrativo a sus obras o para alguna referencia.
La Casa de Jack (Lars von Trier, 2018)
La Barca de Dante (de Eugène Delacroix, 1822)
El pintor Edward Hopper ha sido uno de los más conocidos en este aspecto pues el comentaba que encontraba inspiración en el cine noir. Más tarde sus pinturas también serían recreadas en varias escenas cinematográficas
Más que pintor se decía que tenían un ojo fotográfico pues retrababa con una luz, encuadres y planos realistas la cotidianidad estadounidense. Sin duda es un personaje importante pues llegó y sigue inspirando a grandes directores. Experto en transmitir soledad, melancolía y tensión.
House by the railroad ( de Edward Hooper, 1925)
Psicosis (Alfred Hitchcock, 1960)
Nighthawks (de Edward Hopper, 1942)
El Fin de la Violencia (Win Wenders, 1997)
Podría seguir mencionando incontables obras que han inspirado a décadas de artistas, pues el cine y la pintura se necesitan una de la otra, puede que se haya visto afectada su relación con esta nueva era de la tecnología, pero sin duda alguna sigue siendo referente en el mundo cinematográfico.
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