El personaje de Scarlett Johansson, Natasha Romanoff se despide del Universo Cinematográfico de Marvel con la cinta Black Widow; una película en solitario de este personaje que llega demasiado tarde.
La película en solitario del personaje de Natasha Romanoff/Black Widow, que interpreta la talentosa Scarlett Johansson (nominada al Oscar por su trabajos en Historia de unmatrimonio y Jojo Rabbit), era algo que el Universo Cinematográfico de Marvel (MCU, por sus siglas en inglés) ya le debía a la actriz y por su puesto también a los fans, ya que desde su primera aparición en Iron Man 2 en 2010, demostró ser una superheroína que no le pedía nada a sus compañeros hombres.
Sin embargo, su filme Black Widow (2021), dirigido por Cate Shortland, el cual es la vigésima cuarta película del MCU, llega demasiado tarde, sobre todo porque desentona con la Fase 4 de este universo, que ha comenzado con las series Wandavisiony Falcon y el Soldado del invierno.
En ese sentido, uno de los grandes problemas de la cinta es el tiempo donde la sitúan: después de los acontecimientos de Capitán América: Civil War (2016), cuando Romanoff junto a otros superhéroes son perseguidos por las autoridades por no firmar los acuerdos que el Gobierno les exigía.
Asimismo, la cinta no le hace honor y respeta al personaje de Natasha, sólo se queda en un intento de los más complaciente, realizando lo que desde hace varios largometrajes es lo que mejor hacen en Marvel, una pueril combinación entre acción y comedia.
Es decir, tenían la oportunidad de mostrar una agradable e inteligente obra de espionaje, ya que contaban con la que es, se supone, la mejor espía de los Avengers, y en lugar de eso abordan una historia familiar con un burdo soporte emocional ; y, además, con el que debe ser el peor villano de toda la saga.
Es tanto el desdén a realizar una buena película con Scarlett Johansson al mando que incluso la ponen en un segundo plano, en el que los mejores chistes, las acrobacias más audaces e incluso los destellos más atractivos de espionaje recaen en la figura de la actriz Florence Pugh (Lady Macbeth, Midsommar), quien hace el papel de Yelena Belova, la hermana de Natasha.
Lo anterior se puede entender porque Pugh será la encargada en próximas entregas de seguir con el legado de Johansson, sin embargo eso no justifica el maltrato al personaje de Black Widow.
La película, que me atrevo a afirmar hubiera tenido un mejor resultado si sólo se hubiera enfocado en ser una historia de origen, combina esto con Romanoff escapando y descubriendo que su hermana se puso en contacto con ella, porque la organización de las Widows, mujeres entrenadas en ser asesinas profesionales, siguen cometiendo delitos y ahora son controladas mentalmente.
Así, Black Widow junto con su hermana tendrán que reunir a la familia con la que crecieron en su infancia, su padre y madre, familia que era falsa ya que todos eran unos espías rusos en Estados Unidos (aquí hay un guiño interesante a la Guerra Fría, que sólo se queda en lo anecdótico). Su papá Alex Shostakov (interpretado por David Harbour, actualmente conocido por su participación en la serie Stranger Things), es un tipo violento, que tiene los mismos poderes que el Capitán América, pero que nunca ha sido reconocido; por su parte, la mamá, Meliva Vistokoff (papel que hace la reconocida Rachel Weisz, ganadora del Oscar por El jardinero Fiel) es una científica, quien fue una de las encargadas de crear la tecnología que controla la mente de las asesinas.
Black Widow llega tarde, no es la despedida que el personaje de Scarlett Johansson merecía; pero ya saben es entretenida.
*Periodista y realizador. Director y Editor en CinEspacio24 Noticias. Colaborador en Cio Noticias
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