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A «Green Book» le falta malicia

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Green Book: una amistad sin fronteras es una cinta ambientada en los años 60 donde un hombre italiano-estadounidense será el chofer de un talentoso pianista afroamericano, quien comenzará una gira por el sur de los Estados Unidos, en una comunidad extremadamente racista.

Por Arturo Brum Zarco*

@arturobrum

En los años 60, Estados Unidos era un país intensamente racista. Por ejemplo, existía un tipo de mapa turístico para los afroamericanos llamado Green Book, el cual detallaba los restaurantes u hoteles del sur de dicho país donde los negros se podían quedar. Varios de estos lugares eran unos establecimientos deplorables. Existía una segregación racial vergonzosa.

Actualmente, las cosas han cambiado, pero no del todo, Estados Unidos sigue siendo un país racista. Sólo vean las noticias de lo que pasa allá y parece que diario hay un acto de odio contra los negros, latinos o musulmanes. Y aunque ya tuvieron al primer presidente negro en su historia, Barak Obama, ahora (como si fuera un cruel sarcasmo de la vida) tienen a uno de los presidente más racistas de su historia, Donald Trump.

Por tal motivo, cualquier película que aborde el tema de la segregación racial es importante, ya que de esa forma la cinta invita a la reflexión, análisis, debate y así se den cada día más avances significativos en la erradicación de un tema que nos afecta mundialmente, el racismo.

La cinta Green Book, del director Peter Farrelly, tiene como tema principal el racismo,  con un mensaje positivo e inclusivo, pero con una trama predecible y algo engañosa.

No es un filme propositivo, ni ingenioso, y tiene como anécdota que el problema acabó en los años 60 y que ahora es diferente; es decir, Green Book, no utiliza complejidades o contradicciones de la vida, usa una narrativa simplista y  estereotipos algo manipuladores para contar su argumento.

Tony Lip (Viggo Mortensen) es un italiano-estadounidense, un hombre fuerte, malhablado, casado y con dos hijos, que trabaja como cadenero y seguridad en un centro nocturno. Cuando cierran el lugar, se ve en la necesidad de buscar empleo y consigue una entrevista para ser el chofer de una talentoso pianista negro, Don Shirley (Mahershala Ali).

Don Shirley es un tipo excéntrico, le gustan los lujos, la música clásica,  vestir y hablar bien. Todo lo contrario de Tony; pero bueno, desde el título que le pusieron en español a la cinta nos dan un gran spoiler: Green Book: una amistad sin fronteras. Adivinaron, estos dos personajes totalmente diferentes se hacen amigos.

La disquera de Shirley quiere que él haga una gira por el sur de los Estados Unidos, por eso contratan a Tony un tipo que si es necesario puede usar la fuerza para defenderlo. Antes de partir, los agentes de Shirley le dan a Tony el Green Book, para que sepa donde puede hospedarse el artista negro.

El filme, con elementos de road movie, nos llevará a la travesía de estos dos personajes. Shirley toca en los sitios más exclusivos donde todos los asistentes son  blancos, pero se tiene que hospedar en lugares casi inhóspitos.

Green Book tiene buenas intenciones, es una cinta entretenida, pero su falta de malicia, la hace predecible, llena de lugares comunes, aborda el tema del racismo de una manera simplista; su objetivo es ser una obra positiva y eso le quita rigor al tema y finaliza con un mensaje engañoso.

No obstante, repito, bienvenidas estas películas, y que se abra más el debate y la reflexión sobre el racismo.

 

 

*Periodista y realizador. Director y Editor en CinEspacio24 Noticias. Colaborador en Cio Noticias y Oculus Todo el Cine.

 

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