Crítica del filme Cónclave, del director alemán Edward Berger. Una película protagonizada por Ralph Fiennes, que narra cómo un Cónclave para elegir al nuevo líder de la Iglesia Católica se convierte en un evento de traiciones, mentiras y secretos. Este largometraje está nominado a ocho premios Oscar.
Por Arturo Brum Zarco*
Es ingenuo pensar que dentro de las puertas del Vaticano no existe la corrupción, la deslealtad, las agresiones y las traiciones. Basta con revisar un poco la historia de los Papas para encontrar relatos desagradables sobre los líderes de la Iglesia Católica.
Incluso, hace algunos años, en 2012, apareció el escándalo de Vatileaks, el cual se refiere a una filtración de varios documentos que mostraban actos de corrupción y chantaje por parte de importantes dirigentes de la Iglesia. Dicha información fue entregada a los medios de comunicación por parte del entonces mayordomo del papa Benedicto XVI, quien en 2013 fue el primer pontífice en renunciar a su cargo desde la Edad Media.
Asimismo, los escándalos de abusos sexuales por parte de sacerdotes han puesto en jaquea dicha institución religiosa, ya que distintos reportajes han demostrado cómo la Iglesia escondió estos deleznables acontecimientos. Un tema que aborda de manera cauta y un tanto condescendiente, por no decir cobarde, la cinta Los dos Papas (2019) del director brasileño Fernando Meirelles, la cual es una suerte de biopic que tiene como eje narrativo la renuncia de Benedicto XVI y el inicio del papado de Francisco.
Es por eso que no asombra, o por lo menos a los que no son fervientes católicos, lo que expone el filme Cónclave, del realizador alemán Edward Berger, al evidenciar en su cinta cómo los Cardenales, quienes se supone que hablan en nombre de Jesucristo, realizan actos deshonestos, inmorales y con alianzas nefastas para obtener el poder. Como cualquier organización, la Iglesia Católica no está exenta a los vicios que provocan la búsqueda por controlar todo.
Con eso en mente, la fortaleza de la película Cónclave no está en lo que cuenta, sino cómo lo cuenta, por medio de un thriller religioso, como si se tratara de una película de espionaje, donde las traiciones y los secretos relevados muestran que nadie es “virtuoso” para ocupar el puesto del Papa.
Basada en la novela homónima de Robert Harris, la cinta narra cómo ante la inesperada muerte del Sumo Pontífice, el cardenal Lawrence (interpretado magistralmente por Ralph Fiennes) tiene la tarea de llevar a cabo el cónclave, uno de los rituales más sui géneris, secreto y medieval, en el que los Cardenales votan para elegir quién será el nuevo líder de su organización.
Así, Edward nos lleva a las entrañas del evento y a la reunión de las personas más poderosas de la Iglesia. Donde parecería que todos están divididos en diferentes clanes: los africanos, los que hablan español, los puristas italianos, los conservadores más acérrimos, los liberales, es decir, como si se tratara de un patio de recreo de una preparatoria en el que cada quien se va con su grupo.
Por tal motivo, los memes virales donde comparan a Cónclave con la cinta cómica y de adolescentes Mean Girls (2004, de Mark Waters), en la que un grupo de chicas quieren ser las más populares en la selva de la preparatoria, son, además de unas imágenes sumamente lúcidas, totalmente acertadas, pues Edward edifica la vanidad de los Cardenales como si fueran unos adolescentes obsesionados por ser los más populares; algo no tan alejado de las elecciones presidenciales. Mean Girls, escrita por la gran comediante Tina Fey, no es una cinta menor, lo digo en serio.
Otro gran acierto en Cónclave es la forma como el director de fotografía Stéphane Fontaine le da una profundidad impactante a las secuencias, las cuales, por medio de planos abiertos y de repetición de objetos nos muestra lo anticuado y lo absurdo que llega a ser este acontecimiento.
Esa fotografía combinada con la eficiente dirección de Edward, como lo mostró en su cinta anterior Sin novedad en el frente, (filme bélico ambientado en la Primera Guerra Mundial, que ganó cuatro premios Oscar en 2023 , incluyendo Mejor Película Extranjera), hace de Cónclave una sátira de una actividad que cada vez parece más anacrónica.
Destaca el reparto de lujo del filme con actores como Stanley Tucci, John Lithgow, Lucian Msamati e Isabella Rosselini. Un ensamble que realiza una película que incomodará a los religiosos más ortodoxos, pues el filme argumenta que dentro del Vaticano los juegos del poder son una jungla.
*Periodista, crítico de cine y realizador. Director de CinEspacio24.
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