Crítica de la cinta Los Fabelman, la nueva película de Steven Spielberg, quien con un toque autobiográfico nos narra la historia de un joven y su amor y pasión por realizar películas. El filme tiene siete nominaciones al Oscar.
Por Arturo Brum Zarco*
Como buen arte, el cine nos ayuda a observar cosas que nuestra mirada no alcanza a percibir. Esas nuevas percepciones nos causan alegría, tristeza o melancolía, eso lo ejemplifica muy bien la película Los Fabelman cuando un adolescente, que aspira a ser cineasta, descubre los secretos de su madre al editar un video casero.
En Los Fabelman, la reciente cinta de Steven Spielberg, el director nos muestra la fortaleza de la imagen cinematográfica y cómo esta no se puede encasillar en una escueta definición, ya que engloba entretenimiento, arte y reflexión.
De esa forma, el filme, que es una autobiografía del temprano amor de Spielberg por la realización de cine, nos ayuda a entender la basta y premiada filmografía de dicho director, la cual va desde películas de aventuras con estilo meramente entretenido y escapista, hasta obras más reflexivas y artísticas. Es decir, para Spielberg no importa el género o las etiquetas de una cinta, lo que importa es la buena construcción de imágenes y secuencias que inviten al espectador a sorprenderse y a descubrir nuevas formas de mirar.
Es por eso que en cualquier obra de Spielberg siempre hay algo novedoso como un movimiento de cámara destacado, unos encuadres que se quedan en la memoria colectiva y narraciones que han marcado generaciones y que ya son claves para comprender la historia del cine.
La mayor fortaleza de Los Fabelman es entrar en la mente de unos de los creadores cinematográficos más prolíficos y apreciar cómo y por qué nació su pasión por hacer películas.
El largometraje, ambientado en los años 50 y 60, nos narra la historia de Sammy Fabelman (Mateo Zoryan), un joven que después de ver la cinta El espectáculo más grande del mundo (1952) de Cecil B. De Mille, se obsesiona con una secuencia del filme, un accidente ferroviario.
Por eso el joven quiere emular, descifrar y realizar su versión de ese incidente, y es su madre Mitzi (maravillosa interpretación de Michelle Williams) quien lo incita a que lo haga a través de una cámara. Así, Sammy aprenderá cómo narrar historias y provocar diversas sensaciones usando imágenes en movimiento; hay en Los Fabelman una propuesta a pensar en la pureza cinematográfica.
El filme propone al espectador que el cine es alegría pero también sufrimiento, el cual muestra cuando Sammy al editar una película casera descubre algo que puede dañar a su familia. Es por eso que la cinta tiene como uno de sus mensajes principales que el séptimo arte es, en muchos casos, un ejercicio de introspección.
En Los Fabelman, que tiene siete nominaciones al Oscar, vemos que la creación artística depende de la pasión, del ingenio, del sufrimiento y de esa necesidad casi inefable y necesaria de encontrarle un sentido a la vida por medio del arte.
*Periodista y realizador. Director de CinEspacio24.
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