Fritz Lang fue uno de los directores más importantes del Expresionismo Alemán. También realizó grandes películas del género film noir en Estados Unidos, aquí sus mejores cintas al respecto.
Por Sergio Augusto Hernández Escobar*
En una noche de 1933, el Ministro de Propaganda del Tercer Reich, Joseph Goebbels le ofrece al genio del Expresionismo Alemán, Fritz Lang (director de icónica Metrópolis), la Dirección de la potentísima industria de cine germano para que enfocara todo su talento en enaltecer la figura de Adolf Hitler; Lang consciente de provenir de madre judía, esa misma noche tomó un vuelo hacia el exilio*, pasando brevemente por Francia y terminando en Estados Unidos, donde iniciaría una nueva etapa en su carrera influyendo inmensamente en uno de los géneros más americanos que existen: el Cine Negro o Film Noir.
Fritz Lang incursionó en casi todos los géneros (menos la comedia) filmando una veintena de cintas en territorio americano, siendo la parte del Film Noir de su cine la mejor etapa.
Aún con los arquetipos del género ya casi establecidos, Lang agrega una ácida crítica social sobre todo en temas como la justicia, la honradez y la moral y su influjo en la existencia del individuo y su desamparo.
A continuación, cinco películas de Cine Noir fundamentales en la etapa en Estados Unidos de Fritz Lang:
1.- Perversidad (Scarlet Street, 1945)
Ambientada en un mundo obscuro, deprimente y tortuoso, con una de las mejores femme fatale (Joann Bennett, tan filosa como un picahielos) de la historia, el genio germano del expresionismo nos narra la tristísima vida de un cajero de un Banco, (interpretado por Edward G. Robinson), quien decide dejar su empleo para dedicarse a su pasión, la pintura, trabajo en el que empieza a brillar gracias al azar; el mismo que envuelve a nuestro protagonista en un abismo lleno de traiciones, infidelidades, robos, plagios y asesinatos.
El filme agrega un elemento más al género además de la conversión total de una persona intachable (el hecho de que el protagonista sea cajero es simbólico); es que el hilo (como siempre) que lleva la mujer fatal va totalmente dirigido a complacer a su verdadero objeto de deseo: un macho proxeneta (Dan Duryea, adelantado al término misógino) que quiere seguir con su oficio a costas de objetivos dirigidos. La historia se va desenredando hasta entender que todo lo realizado por Chris, cajero-pintor, lo bueno y lo malo, lo justo y lo injusto, lo amoroso y lo odioso siempre seguirán en el único lugar que lo mantiene vivo: su mente.
Cabe destacar la forma de Lang para impactarnos en una sola toma y con una astucia que llega hasta el sarcasmo en los últimos momentos de Dan Duryea, convertidos en intermitentes luces de un letrero.
2.- Los sobornados (The Big Heat, 1953)
Con Glenn Ford y Gloria Grahame como protagonistas, Fritz Lang realiza quizá la mejor representante del cine negro estadounidense, conformada por mucho de lo que preocupaba al director sobre el hombre y su existencia: la búsqueda de la verdad que purifique un mundo corrupto, desalmado y amoral y la relación de pareja muy marcada, es decir, las parejas buenas brillan mientras que las malas se ven grises y desenfocadas.
El filme nos narra cómo un policía se enfrenta a una poderosa organización criminal.
Entender que ese mundo corrupto, traidor, infiel, deshonesto y sin escrúpulos pudo llegar a los que imparten y conservan la justicia es uno de los hilos reflexivos más puntiagudos en esta estupenda cinta.
A destacar un jovencísimo Lee Marvin protagonizando al prototipo perfecto del asistente de Gánster; un auténtico animal.
3.- Deseos Humanos (Human Desire, 1954)
Un hombre con muchos problemas, ( interpretado por Broderick Crawford) pierde por su alcoholismo el mejor trabajo de su vida y le suplica a su esposa (papel que realiza Gloria Grahame) que hable con su jefe para que le regresen su puesto.
La mujer a regañadientes lo hace tan bien (en todo el sentido que la censura permitía), que desemboca un torbellino de celos en su esposo, al grado que la única forma de salvar el honor es asesinando a su jefe. El azar (elemento indispensable en el género) hace que aparezca un Glenn Ford redentor (recién desempacado de la guerra de Corea), que nunca se imagina como su vida dará un giro donde caben celos, pasiones, traiciones y funerales.
Utilizando intrincadas vías ferroviarias y entradas y salidas de trenes en túneles como metáforas, Lang nos muestra el futuro de los héroes estadounidenses que lo único que querían hacer de regreso a casa era poder ir al cine torciéndolo y retorciéndolo en triángulos amorosos carentes de escrúpulos y que aún así pueden llegar a tener un final feliz.
A destacar a la siempre magnífica Gloria Grahame dándole otro matiz a La Mujer Fatal, donde se puede ver que por muy fatales que sean también son manipulables y vulnerables, víctimas de la misoginia evidenciada a lo largo de toda la cinta.
4.- Mientras Nueva York Duerme (While The City Sleeps, 1956)
Con un reparto multiestelar, Lang cambia su ácida crítica contra “el podrido sistema judicial” y se lanza con todo a otro fascinante universo, el periodístico. Tomando como base la historia de un asesino serial (supermimado por su mami) de jóvenes, y nos muestra un panorama sobre todo lo que se puede llegar a hacer por lograr el éxito, cueste lo que cueste y con quien mejor se acueste.
En esta ocasión además de acercarnos hasta el mínimo detalle de lo que es el trabajo de una redacción de noticias impresas, radiales y en la incipiente televisión, Lang nos da una aproximación crítica a la estabilidad matrimonial y a las relaciones de pareja, en concreto de las infidelidades de distinto signo a la rutina y el aburrimiento que preside el anodino noviazgo de la pareja principal, además del uso del erotismo y el sexo para la consecución del éxito personal, social y profesional.
Una cinta que ha sido criticada por su final feliz que no concuerda con toda la sordidez mostrada a lo largo de 90 minutos, pero que sirve como colofón a cintas anteriores filmadas por Lang donde se observa el mejor cine noir de la época.
A destacar dos cosas: podríamos decir que, con esta cinta, Fritz Lang inaugura un subgénero, el periodismo noir, que hasta nuestros días sigue teniendo secuelas; por otro lado, la inigualable actuación de Vincent Price que cambia los colmillos por unos cuernos del tamaño del Empire State.
5- Más allá de la duda (Beyond a reasonable doubt, 1956)
Al ser filmada el mismo año que Mientras Nueva York Duerme se puede pensar que Más allá de la duda complementa la primera. Tomando como referente la pena de muerte y las injusticias que puede existir al ser impartida, Fritz Lang logra una cinta que resalta dos de sus grandes reflexiones; la justicia y la mezquindad humana, las cuales siempre van unidas y entremezcladas.
La justicia puede llegar de cualquier forma, no importa que no la merezcas o,al contrario nunca llega para los que en verdad la merecen. Resalta esto en el filme debido a todos los defectos que conformaban el universo mezquino de los protagonistas: los culpables, los que se hacen culpables, los mentirosos, los cínicos, los ambiciosos, los deshonestos.
Con un soberbio guion de Douglas Morrow mezclando al sistema judicial con el periodístico, Lang logra magistrales vueltas de tuerca que dejan asombrado al espectador.
Cabe destacar que este fue el último filme realizado en Estados Unidos por el Director antes de regresar a Berlín para seguir su carrera, dejando una gran influencia en el film noir.
A manera de conclusión una frase de Fritz Lang como homenaje a la pasión con la que realizó cada una de sus cintas: «Para mí, el cine es vicio. Lo amo íntimamente. Siempre he creído que es el arte de nuestro siglo».
* Según su pasaporte, Fritz Lang pudo salir y entrar varias veces ese mismo año a Alemania. Asimismo, dicho director le gustaba presumir que había perdido el ojo derecho en el campo de batalla en la Primera Guerra Mundial, cuando en verdad lo que ocurrió fue un simple accidente nada épico filmando El Doctor Mabuse (1922).
*Doctor. Analista Cinematográfico. Colaborador de CinEspacio24.
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