«Greyhound», cine bélico desde una perspectiva más humana

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Greyhound es una cinta bélica ambientada en la batalla del Atlántico durante la Segunda Guerra Mundial, dirigida por Aaron Schneider y protagonizada por Tom Hanks, quien también es guionista y productor del filme. Se estrenó en la plataforma de Apple TV+.

Por Mahonri Alarcon*

@alarconMA07

Un viejo refrán dice: “no hay ateos en las trincheras”. Las películas bélicas tienden a enaltecer ciertos valores como el patriotismo, el heroísmo, la lealtad, la integridad, la perseverancia, pero en pocos casos la fe y devoción a Dios. Greyhound: en la mira del enemigo (Greyhound, 2020) es una adaptación escrita por Tom Hanks de la novela The good Shepard de C.S. Forester, un drama ficticio ambientado en la Segunda Guerra Mundial, donde conocemos los retos y dificultades de las batallas navales en el océano Atlántico.

Dirige Aaron Schneider, quien también estuvo a cargo de la cinta Get Low (2009), que tuvo un paso discreto hace una década.

La historia de Greyhound es bastante simple: el capitán Ernest Krause (Tom Hanks) debe dirigir la escolta de un convoy de barcos que lleva refuerzos y recursos de Estados Unidos al Reino Unido, en su camino un grupo de submarinos alemanes tratará de impedir que las embarcaciones lleguen a su destino.

La trama bastante genérica de un grupo de soldados anteponiéndose a toda dificultad para cumplir una misión es una fórmula probada y gastada en Hollywood, sin embargo, pocas producciones logran un ritmo y una narrativa como Greyhound. La mayoría de los espectadores somos ajenos al lenguaje técnico de un buque de guerra y tenemos muy pocas nociones de estrategia militar y naval, no obstante, la actuación del protagonista y las miradas profundas de la tripulación del USS Keeling logran transportarnos a la acción y tenernos atentos a cada pulso del sonar y cada grito del vigía: “¡contacto enemigo!”.

El uso de cámara subjetiva para presentar al enemigo hace que lo sintamos distante pero amenazador, nunca vemos su rostro pero si percibimos sus movimientos en el radar, oímos las hélices de los submarinos y divisamos los torpedos que intentan dañar los buques aliados, en algunas ocasiones su voz encuentra la frecuencia del barco y escuchamos un sonido casi robótico anticipando una masacre que el capitán Krause debe evitar.

La música y ambientación sonora a cargo de Blake Neely está muy bien lograda, transmite el peligro de un enemigo casi invisible que acecha constantemente.

Como decía al principio, el género bélico exalta valores relacionados con la violencia y la virilidad, pero en el caso de Greyhound el protagonista es un creyente devoto, da gracias por sus alimentos, cita textos bíblicos y se ve a sí mismo como un pastor intermediario entre un pastor superior a él y su fiel rebaño; este enfoque, poco frecuente, nos deja ver a un marino (casi siempre estereotipado como alguien frio, calculador y en ocasiones sanguinario) como una persona que no disfruta de matar pero sí de cumplir con su deber, felicita a sus subordinados y reconoce el trabajo en equipo, ya que no se percibe como el director de una empresa sino como un colaborador más.

Quizá el diálogo más humano en esta película ocurre cuando el capitán corrige a un marino, aclarando que no eliminaron “krauts” (adjetivo con el que los soldados aliados se referían a los alemanes) sino almas; este detalle coloca al hombre como hombre y no como un objetivo a eliminar. Incluso tenemos un funeral en medio de la batalla, honrando a los que perecieron en cumplimiento del deber, estos toques de humanidad dejan en el espectador la idea del lado más humano en los conflictos armados.

A pesar de su dinamismo, la cinta no plantea ir más allá de lo anecdótico, no quiere ser más que un entretenimiento y lo logra, no hay nada más allá del capitán creyente y los marinos agradecidos de ser salvados (por el momento) de una muerte en batalla.

Greyhound presenta una historia simple con un recorrido emocionante, y una enseñanza para el que quiera buscarla o acción por casi 91 minutos para quien desee salir un poco de las películas bélicas más clásicas en trincheras y tenga ganas de experimentar un poco de la tensión en alta mar.