El cuento de las comadrejas es una comedia de humor negro, dirigida por Juan José Campanella, que narra la vida de cuatro adultos mayores que en su juventud se dedicaron al cine y que viven en la misma casa, pero unos jóvenes van a interrumpir su aparente tranquilidad.
Por Arturo Brum Zarco*
¿Qué pasa si se juntan cuatro adultos mayores que en su juventud fueron artistas, una arrogante y dramática actriz de la época dorada del cine argentino, un actor mediocre y melancólico encasillado en papeles secundarios que nadie recuerda, un cínico y burlón guionista y un controlador director de cine?
La pregunta parece el inicio de un chiste, uno que se va a burlar de la vejez de sus protagonistas, que va a resaltar de manera irónica las características de la profesión de cada uno, una broma con tintes crueles pero honestos, un divertido humor negro.
Así es la cinta El cuento de las comadrejas, dirigida por el reconocido director argentino Juan José Campanella. Una entretenida comedia que se burla del cine, de sus actores, guionistas, directores y de la misma película; de sus diálogos cínicos, directos y extravagantes nadie se salva.
Marda Ordaz (Graciela Borges) es una actriz que destacó en su juventud, era conocida no sólo en su país sino en todo el mundo, ya que recibía premios internacionales. Como buena actriz dramatiza cada momento y constantemente se agobia por los recuerdos de su pasado, y anhela ese tiempo donde los fotógrafos la seguían a todas partes.
Vive en una mansión en medio del bosque, junto a su esposo Pedro de Córdova (Luis Brandoni), un actor en silla de ruedas, que siempre estuvo bajo la grandeza de su pareja y que sólo conseguía papeles secundarios, su mayor interpretación fue darle vida a un eunuco.
Pero el chiste y la moraleja no existiría sin la participación de otros dos personajes que viven en la misma casa; Norberto Imbert (Oscar Martínez) un director de cine que realizó las películas más exitosas de Marda, controlador y que según sus palabras no sabe hacer nada, sólo decirle a la gente que hacer; y Martín Saravia (Marcos Mundstock) un guionista que escribió los diálogos más destacados en la cintas de Marda, un tipo que siempre encuentra las palabras exactas para satirizar lo que pasa.
Estos cuatro personajes, que comparten su vejez, han creado un mundo hermético en la mansión, donde sólo ellos se entienden y las burlas constantes al otro es su forma de coexistir. Marda les dice fracasados, ellos se jactan de su extravagancia, en sus diálogos hay un juego de secretos, sueños perdidos y complicidad.
Su aparentemente cómoda y singular forma de vida cambia cuando dos jóvenes agentes inmobiliarios llegan a la mansión y le proponen a Marda vender la casa, con la promesa de que así regresará a su vida de antaño. Esto desatará conflictos lúdicos y revelará secretos un poco tétricos.
Con la cinta El Cuento de las comadrejas, Juan José Campanella realiza una sátira al cine y a sus estereotipos así como a los clichés del séptimo arte; por medio de una divertida comedia, el director nos confronta a que la realidad es más divertida que la ficción.
El filme tiene agradables actuaciones, un ritmo digno de una buena comedia de situación, quizá un poco larga (hay escenas innecesarias), es irónica y aborda el tema de la vejez contra la modernidad , El Cuento de las comadrejas es un agradable chiste acerca de qué es el cine.
*Periodista y realizador. Director de Comunicación en CinEspacio24. Colaborador en Cio Noticias.
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