Crítica de Transformes: el despertar de las bestias, dirigida por Steven Caple Jr., regresan los Transformes con un guion absuro, pero con muchas exlposiones y comedia.
Por Daniel Flores *
Estrena en cines Transformers: el despertar de las bestias, dirigida por Steven Caple Jr., y protagonizada por Anthony Ramos y Dominique Fishback… ¿quiénes? Pues un par de desconocidos que acompañarán a Optimus Prime, Bumble Bee y Mirage en esta nueva aventura que ofrece más de lo mismo.
En esta ocasión la trama se desarrolla en 1994, época en que los gigantescos robots se ocultan de la humanidad, pero para su mala suerte, deberán enfrentar a una amenaza extraterrestre llamada, Unicron (y esbirros). Este devorador de planetas ansía devastar la Tierra, aunque para lograrlo tendrá que enfrentar a los Autobots y los Maximals.
Explosiones, comedia y el mismo tipo de efectos visuales que llevan ya más de una década en las cintas de Transformers son ingredientes de este inconexo y absurdo guion, el cual llega hasta Perú donde se desarrollará el conflicto final.
Las escenas en dicho país nos recuerdan un poco a aquella ocasión en que Bondzilopochtli filmó la primera secuencia de Spectre (2015) en México, en el marco del Día de Muertos. Así, en plena fiesta religiosa peruana, los Autobots tratarán de pasar desapercibidos para conseguir una llave capaz de abrir multiversos. Lamentablemente, Caplan Jr., no logra siquiera enfatizar el folclor de la festividad, yendo sin ton ni son hacia un clímax previsible.
Se agradece que por fin el ejército de los Estados Unidos desaparezca de la ecuación, ya que usualmente tenía una participación estelar a lado de los habitantes de Cybertron.
Igualmente, la película es menor en materia de producción en comparación con sus antecesoras, salvo Bumblebee de 2018. Utilizando el recurso de que la misión en cuestión es secreta para la humanidad, Caplan arma su filme con escenas nocturnas, en bosques o parajes solitarios donde los Transformers puedan luchar cómodamente sin riesgo a quedar expuestos.
Quizá un punto que llama la atención es la actitud de Prime, quien desconfía de la raza humana y es un tanto huraño con los protagonistas de carne y hueso. Sin embargo, poco a poco, el buen Optimus comprende su error y se transforma en el protector de la especie habitante de la tercera roca del Sol.
Poco interesante y ni siquiera trascendente para la saga, Transformers: el despertar de las bestias, que se estrena este 8 de junio, tiene su momento más atrayente al final, cuando el héroe humano, Noah, es reclutado por una agencia de espionaje (cuyos juguetes son de la marca Hasbro), para un posible crossover entre Transformers y ciertos paladines que han tenido mala suerte en cine.
*Periodista. Colaborador en CinEspacio24, Director de Cio Noticias, Crítico de Cine, Columnista en el Heraldo de México Toluca
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