Crítica del documental The Beatles: Get Back, dirigido por Peter Jackson, es una mini serie de tres capítulos que nos muestra material de archivo inédito sobre la realización del legendario álbum, Let It Be. Un filme que derrumba mitos y aborda la creatividad de este famoso grupo.
Por Silvia Suleyka V. Arzaluz Lozano* Bajo la dirección del ganador del oscar, Peter Jackson (El señor de los anillos, El Hobbit), el documental The Beatles: Get Back está integrado por tres capítulos que recuperan las grabaciones que no se utilizaron para el lanzamiento del iconico disco Let It be de 1970, del grupo The Beatles (John Lennon, George Harrison, Paul McCartney y Ringo Starr). Desde entonces el panorama era incierto para el famoso cuarteto, pues tenían la intención de recuperar sus raíces del rock; así, la grabación de este proyecto también sirvió para documentar el proceso creativo que se llevó a cabo para componer las catorce canciones del disco. El lanzamiento de este disco se daría a conocer en la presentación de un concierto en directo que formaría parte de un especial de televisión. En este tiempo el grupo no se encontraba precisamente en su mejor etapa. De hecho, para aquel entonces, el futuro de The Beatles era incierto y muy poco alentador debido a tres grandes obstáculos que nunca pudieron superar. El primero de ellos fueron las polémicas declaraciones que John Lennon hiciera originalmente en 1966 durante una entrevista para el periódico London Evening Stantard, afirmando que “Los Beatles eran más populares que Jesucristo”. El comentario que más tarde sería recuperado por la revista para adolescentes Datebook, detonó una oleada de protestas en Estados Unidos protagonizadas por fanáticos religiosos y otros grupos radicales que se tomaron demasiado en serio el comentario, llevando las cosas al punto en que la música de los Beatles se prohibió en la radio y sus discos fueron quemados en hogueras públicas. El segundo punto que dividió a The Beatles fue la muerte del representante de la banda, Brian Epstein en 1967, víctima de una sobredosis. En el documental, Paul y John se refieren irónicamente a este suceso como la pérdida del pilar que mantenía el orden: “Muere Epstein, los niños pierden a papá y todo es un desorden. Estamos perdidos desde entonces.” El tercer quiebre, como nos muestra el documental, fue que el éxito les llegó demasiado rápido y nunca tuvieron la oportunidad de asimilarlo, asediados por la fama, la voracidad y ambición de los productores musicales que vieron en el talento de The Beatles la oportunidad de hacer negocios millonarios, los presionaban cada vez a ser excepcionales, no sólo en sus actuaciones sino prácticamente en cada uno de sus movimientos. El acoso constante de la prensa y el fervor casi enfermizo de la Beatlemanía pronto generó una inminente frustración en cada uno de sus miembros, eventualmente erigieron barreras entre ellos que derivaron en una inminente ruptura. Haciendo evidentes las diferencias y constantes roces entre Harrison y Paul, el hartazgo de sentirse estancados haciendo siempre lo mismo sin importar cuánto se esfuercen “cada cosa que hagamos tiene que ser lo mejor” expresa Starr visiblemente incómodo y ajeno al resto de sus compañeros. Sumado a la ruptura del dúo dinámico Lennon-McCartney, quizás debido a lo sucedido en 1966 que orilló a que Paul tomara el liderazgo de la banda luego de la metida de pata de Lennon, a quien constantemente vemos ausente, a veces con cierta expresión de culpa y otras más de indiferencia mientras Paul intenta salvar el inminente hundimiento de The Beatles. Si bien lo único que los unía ya era su amor por la música, la presión de hacer un nuevo disco en tan poco tiempo, sumado a la presencia de una cámara oculta con la que Michael Lindsay Hogg capturó los momentos que vemos tanto en Let it Be como en Get Back, pronto dinamitaron el puente que unía a Harrison, Starr, Lennon y McCartney, haciendo evidente que The Beatles se había convertido en una marca, una industria y un trabajo más que esclavizaba y devoraba a sus miembros. El primero en arrojar la toalla fue George Harrison, quien harto de no tener un lugar definido dentro de la banda, estando a merced del genio y humor de Lennon y McCartney, sumado a la condescendencia de Starr expresa lo siguiente a sus compañeros: «La diferencia entre yo y, pongamos, Eric [Clapton], es que yo soy solo otro guitarrista que a veces toca algún solo y otras veces canta. Pero él es el único guitarra que hace de solista y que siempre está tocando», insiste Harrison quien harto de los desacuerdos y la presión opta por abandonar la banda el 10 de enero de 1969. A lo que Lennon respondió: «Sí. Si no regresa el martes, llamaremos a Clapton». ¿Acaso John dijo esto para herir el orgullo de Harrison, quien sabía que le admiraba, y conseguir que volviera al grupo? Por cierto, si existió tal petición para que Clapton sustituyera a Harrison dentro de The Beatles. 30 años después Eric lo reconocería y también declararía que «el problema con eso era que yo tenía una relación con George. Lennon usaba mi nombre de vez en cuando para influir, como si yo fuera el arma más rápida. Por lo tanto, no creo que pudieran haberme involucrado en todo el asunto porque era demasiado amigo de George». Estos ejemplos muestran como el documental disipa y confirma algunos de los mitos entorno a The Beatles, haciendo evidente la incomodidad y el desgaste de los diez años de carrera que llevaba la banda. Disfruta esta serie documental en la plataforma de Disney+.
*Filósofa. Analista cinematográfica. Colaboradora en CinEspacio24
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