Teen Spirit, ópera prima del actor Max Minghella, narra la travesía de Violet (Elle Fanning), una adolescente que sueña con convertirse en una popular cantante.
Teen Spirites el debut como director del actor Max Minghella, hijo del realizador ya fallecido Anthony Minghella. El filme relata la historia de Violet (Elle Fanning), una joven campirana de un pueblito inglés con un talento nato para cantar que se inscribe al concurso Teen Spirit y la subsecuente odisea emocional que sufre para llegar, cuando menos, a las últimas instancias del torneo.
Minghella utiliza como base el relato del underdog que Sylvester Stallone popularizó en 1976 con Rocky pero que amamos desde principios del cine con personajes como el Charlot (o The tramp) creado por Charles Chaplin. El underdog es el desaventajado, el personaje que sale de la nada para triunfar y cuyo origen es un entorno empobrecido y su carácter es un elemento que motiva al personaje, a pesar de las circunstancias que puedan jugar en su contra.
Violet Valenski no es la excepción y aun cuando el personaje cumple el canón del templete antes mencionado, Max Minghella se concentra en deconstruirlo de manera precisa al pensar cada encuadre o clima sonoro de manera detallada y creando su “propio” punto de vista dentro de los límites de la historia.
La fotógrafa Autumn Durald Arkapaw hace un excelente trabajo para adentrarnos en la perspectiva de Violet y, sobre todo, en su punto de vista emocional. Desde la secuencia inicial Violet es descrita con sencillas viñetas que ilustran su esencia melancólica y desencantada, una personalidad similar a la música que escucha en su ipod y que el espectador escucha con ella.
Minghella y Arkapaw componen un lienzo de texturas opacas y claroscuros, ambas entremezcladas con luces frías, penetrantes que parecieran seguir, con sutileza, el andar de Violet. Sin diálogos simplones ni torpes recursos narrativos, el director sugiere poco a poco que el destino de Violet es estar bajo los reflectores.
Elle Fanning entrega una comprometida actuación, corporal y visceral, con la que asume el rol principal a cabalidad y encarna a Violet de manera feroz. Fanning construye un personaje a partir de una seguidilla de breves números musicales acentuados por diálogos secos que redondean lo entrevisto durante sus entrenamientos y presentaciones.
Es de esta forma, que Fanning regala uno de los mejores performance de su carrera y canaliza el espíritu combativo de personajes icónicos como la Alex Owens de Flashdance, romance musical de 1983.
El soundtrack funge el papel de un importante personaje secundario que marca el compás de la película, sin limitarlo a la plasticidad o el “desorden” del videoclip. Minghella manipula con inteligencia cada canción, relegando algunas melodías a un lejano acompañamiento incidental, mientras que a otras las transforma en la la base de momentos clave en el emotivo y caótico viaje de Violet.
Teen Spirit es un sólido primer filme del novel realizador Max Minghella, quien se concentra en la experimentación estética en aras de crear paisajes emocionales, un “gusto” artístico que puede permitirse gracias a la eficaz y apasionada resolución para contar un relato modesto.
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