Dos amigas crean una compañía de cosméticos; sin embargo sus ventas son malas y tienen una gran deuda. Cuando reciben una oferta para vender su empresa su relación estará en problemas.
Existen películas que tienen como meta principal hacer millones en taquilla y encantar al público. La comedia es el género que tiene más cintas con este objetivo, por lo que es muy difícil que algún largometraje de este estilo consiga escaparse de los clichés, la monotonía y el olvido. La película Socias en Guerra nos cuenta la historia de Mía (Tiffany Haddish) y Mel (Rose Byrne), dos mejores amigas desde la escuela, que viven juntas y que deciden crear su propia industria de cosméticos. Sin embargo, las cosas no van como les encantaría, ya que tienen una deuda de aproximadamente medio millón de dólares. Todo esto cambiará cuando llega a sus vidas Claire Luna (Salma Hayek), una importante magnate de la industria que les ofrece saldar su deuda y formar parte de su emporio, lo cual hará que la relación entre Mia y Mel se torne tensa. El director puertorriqueño Miguel Arteta nos entrega una cinta que raya en lo absurdo. La cinta trata de mostrar el Girl Power, por ello es que sus protagonistas son tres mujeres fuertes que no se dejan caer ante nada, o al menos parece que esa era la idea, sólo que el guion es tan flojo que no consigue hacerlo. Y es que todo sale mal con la película. Va en constante descenso, pues su humor se vuelve cada vez más absurdo y la historia más incongruente, como si los escritores hubieran perdido el interés en lo que estaban haciendo conforme desarrollaban la historia. Las actrices hacen su mayor esfuerzo para sacar a flote la película, pero el barco se hunde tanto que ni los mejores navegantes podrían hacer algo al respecto. Lo más rescatable del largometraje es la química entre las protagonistas, pues con todo en contra logran dar destellos de su talento, demostrando que el problema con la película no es el reparto, sino todo lo demás. El cineasta tropieza con esta cinta, dejando una mancha en su interesante carrera, que a pesar de no ser la mejor, ha salido airoso entregando largometrajes que cumplen, aunque este no es el caso. Socias en Guerra es una película mal ejecutada que parece querer repetir la fórmula que ya hemos visto antes en cintas como Jefa por accidente (Peter Segal, 2018), a diferencia de que esta última al menos tenía personalidad. *Colaborador CinEspacio24
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