La relación entre Stark y Parker generaba descontento entre los fans de “hueso colorado” de Spider Man, con esta cinta encontrarán un poco de alivio. El peso de los problemas que acechan a nuestro protagonista lo hacen dudar sobre si realmente debe seguir los pasos de Iron Man o su propio camino.

Una de las mayores virtudes de la cinta es el villano principal, ya que en pasadas cintas del MCU los villanos son poco memorables y sosos, pero si alguien tiene un catalogo de archi enemigos impresionantes, ese es Spidey. Un viejo conocido pero quizá no tan explotado es el antagonista de este filme que aprovecha cada oportunidad al máximo para ganarse nuestro odio y nuestro respeto por igual.

Las secuencias son maravillosamente bien ejecutadas y el CGI se encuentra correctamente balanceado con las clásicas escenas rodadas con dobles de riesgo.

Es de resaltar que el aspecto que más destaca del filme sea el argumento, ya que reducen la catástrofe a algo que se siente más intimo, y permite que los personajes sean más congruentes.

Tom Holland cada vez le da una identidad más agradable al personaje, así va a lograr que tarde o temprano se convierta en nuestro tan querido y amigable vecino El Hombre Araña.