Siempre te esperaré (Submergence), protagonizada por Alicia Vikander y James McAvoy es una historia de amor, sobre dos personajes que se separan para ir a sus peligrosos trabajos.
Por Arturo Brum Zarco* Dannielle Flinders (Alicia Vikander) es una biomatemática y profesora, convencida de que en el fondo del mar hay muchas respuestas acerca de cómo se creó la vida en la Tierra, y trabaja en un proyecto de inmersión en lo más profundo del océano. James More (James McAvoy) es un agente encubierto que tiene la misión de ir a Somalia para localizar y atrapar a un importante terrorista de Al Qaeda. Antes de que los dos partan a sus respectivos labores, se conocen en Normandia, en un acogedor y romántico hotel. Pasan el tiempo juntos, se cuentan sus planes y sueños, y se enamoran. Se comprometen a que su relación va en serio; no obstante, antes tienen que ir a arriesgar sus vidas. Danielle tiene que sumergirse en el mar, donde ningún ser humano ha ido; pero, si su submarino (creado especialmente para el experimento) falla no podrá volver a subir. Por su parte, James tiene que infiltrarse en las redes de Al Qaeda, diciendo que es un ingeniero hidráulico, que sólo busca llevar agua potable a las comunidades más pobres; sin embargo, si lo atrapan lo matan. Siempre te esperaré cinta dirigida por Wim Wenders (Las sal de la tierra, Pina), y basada en la exitosa novela Submergence del corresponsal de guerra J.M. Ledgar, no es una película lineal, ya que combina escenas de cuando se enamoran en aquel paradisiaco hotel y las vicisitudes que cada uno pasa en sus respectivos trabajos; los cuales siempre realizan con la esperanza de que van a volver a los brazos de la persona que aman. La cinta cae en una cursilería un poco incomoda e incoherente, incluso hasta chocante (están realizando el proyecto de su vida pero antes mencionan el nombre de su amor, concentrados no estaban). Por otra parte, el filme toca dos temas que podrían parecer de fondo muy diferentes pero de raíz tienen mucho en común: los avances científicos son necesarios para el bien y el futuro de la humanidad; los conflictos sociales y guerras deben detenerse antes que acaben con la sociedad. Entre estos polos opuestos transcurre la película para contarnos metafóricamente que el mundo se va a salvar con amor, y es, además, de la mano de la ciencia y con el fin de conflictos bélicos. La cinta tiene grandes intenciones por mostrarnos estos contrastes, y lo hace de una forma mesurada, lenta, reflexiva y eso es gracias a una fotografía que logró combinar estos dos mundos y darles a cada uno sus características esenciales, pero con el objetivo de mostrarnos que sólo es uno. Siempre te esperaré (desde el título es cursi) tiene buenas intenciones y un argumento atractivo; pero el romance quedó muy “empalagoso” o quizá soy yo y mi inmediato rechazo al amor. La última palabra la tienes tú.
*Periodista y Realizador. Director de CinEspacio24 Noticias. Colaborador en Cio Noticias y en Oculus Todo el Cine.
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