Por Daniel Flores* La temporada 44 de Saturday Night Live (SNL) ha concluido. Si bien continúa su dura crítica contra el Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, parodiado por Alec Baldwin, la calidad del resto de los segmentos y de los anfitriones disminuyó en comparación con campañas anteriores. Así, hubo emisiones con invitados no tan lujosos, como Halsey, John Mulaney o Sandra Oh, y de plano, actores que no nacieron para hacer comedia, casos concretos, Liev Schreiber y Claire Foy. Rumbo al final de estos 21 capítulos, el arribo de estrellas hollywoodenses, acostumbradas a hacer reír a la audiencia, mejoró ostensiblemente al programa, destacando Emma Thompson, Adam Sandler y Emma Stone (una virtuosa para interpretar cualquier tipo de género). SNL sobrevivió una vez más, recargando el peso de los sketchs en sus dos mejores elementos, el veterano de mil batallas, Kenan Thompson, y la versátil, Kate McKinnon, así como el surgimiento de Pete Davidson, quien luego de varios años por fin halló su estilo de humor, menos dirigido a los millennial. Sin embargo, varios miembros del «cast», siguen procrastinando, sin resaltar demasiado, a veces, parodiándose a sí mismos, con personajes bobalicones, situaciones previsibles y remedos de videos musicales olvidables. El eterno productor de SNL, el canadiense, Lorne Michaels, bien podría hacer una limpia para el próximo otoño y deshacerse de Mikey Day, Alex Moffat, Kyle Mooney y Beck Bennett, quienes necesitan de algún compañero de mejor nivel para siquiera salir adelante. Es cierto que resulta normal este tipo de altibajos en un show en vivo, pero para infortunio de SNL, le ha tocado una época compleja, la de la cruza de dos generaciones, la X y los millennial, de gustos diferentes (salvo para los filmes de Marvel), que se contraponen ante las fórmulas de la comicidad, lo que dificulta concebir una estructura de mayor equilibrio. Pero no es la primera vez (ni será la última) en que el popular programa sufre una crisis. En este sentido, diversos autores han expuesto una y otra vez la historia de SNL, desde su debut en 1975, con un elenco integrado por Jane Curtin, Garrett Morris, Laraine Newman, Gilda Radner, Dan Aykroyd, John Belushi, Chevy Chase, George Coe, Michael O’Donoghue, la inigualable voz de Don Pardo, teniendo como «host» a George Carlin, hasta la actualidad, en la que el streaming y plataformas web amenazan con quitarle la corona en materia de comicidad y sátira. De entre todo este compendio de textos, destaca The Complete, Uncensored History of Saturday Night Live de James Andrew Miller y Tom Shales, una auténtica cátedra de cómo redactar un gran reportaje sobre asuntos del espectáculo. A través de entrevistas intercaladas por temporadas, un gran número de ex integrantes de SNL de diversos periodos (gente a cuadro y fuera de éste), narran sus experiencias sin guardarse nada. Así, los lectores descubrirán todas las intrigas, traiciones, excesos, cotos de poder, envidias, mala leche y un sinfín de secretos que personalidades como el propio Michaels, Bill Murray, Steve Martin, Dana Carvey, Mike Myers, Will Ferrell, Tina Fey, Amy Poehler, entre muchos otros, revelan para los fans y detractores de SNL. Como si nos trasladaran a diversas eras, de la Guerra Fría, pasando por la caída del Muro de Berlín, hasta el 9/11, los autores, Miller y Shales, construyen la historia del sábado por la noche de manera amena, con testimonios que difícilmente aparecen en medios de comunicación, en ocasiones, tornándose en una vorágine que deambula entre la objetividad y el amarillismo. Publicado en conmemoración del 30 aniversario de Saturday Night Live y luego aumentado y corregido para los 40 años del live-night, The Complete, Uncensored History of Saturday Night Live está para devorarse a pesar de sus casi 800 páginas.
*Periodista. Colaborador en CinEspacio24, Director de Cio Noticias, Crítico de Cine, Columnista en el Heraldo de México Toluca
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