Ambientada en Francia en el siglo XVIII, Retrato de una mujer en llamas, de Céline Sciamma, nos cuenta el romance entre una joven aristócrata y la pintora encargada de realizarle su retrato.
Por Arturo Brum Zarco* Con una ambientación y fotografía pictórica, la película francesa Retrato de una mujer en llamas, de Céline Sciamma, es un bello trabajo sobre el amor, la pasión y el arte hecho por mujeres. Un filme que a partir de poderosas construcciones visuales nos lleva a un romance entre dos mujeres del siglo XVIII; una relación que nace a partir de la honestidad, el reconocimiento de la otra persona, el entendimiento, el placer y la complicidad. Con pocos diálogos (y los que tiene son inteligentes y liberadores), la directora construye un universo íntimo, donde la cámara presenta a sus protagonistas sin recreaciones banales, al contrario, las muestra de una forma más sincera y real. Nos narra cómo la joven pintora Marianne (Noémie Merlant) llega a un lugar de la Bretaña francesa para realizar un retrato de Héloise (Adèle Haenel), una chica aristócrata, quien dejó el convento porque su madre la obliga a casarse. El retrato es para que el futuro esposo de Héloise la conozca; por tal motivo, ella se ha negado a posar. Ante ello, Marianna al principio la engaña y dice que es su nueva dama de compañía. Así pinta un primer retrato a partir de los recuerdos de sus primeros días juntas. El resultado es una reproducción de una imagen sin autorización (tema muy interesante y reflexivo que aborda el filme), un cuadro que inspira desconfianza y no retrata la esencia de Héloise. Cuando Marianne se sincera con Héloise, esta acepta posar y comienza una historia de amor y sinceridad; el retrato se convertirte en un especie de metáfora de cómo va creciendo la relación de estas dos mujeres. No obstante, ahí está presente una cruel paradoja: retrata a la mujer que ama para el hombre que se va a casar con ella. La cinta aborda la creación del retrato como la construcción de una relación, una forma de materializar el arte como un espejo del amor y la vida, en este caso de una relación entre las dos protagonistas. Asimismo, Retrato de una mujer en llamas destaca al exigir que la historia del arte ponga en el lugar que se merece a las artistas, muchas veces sobajadas y rechazadas, el filme realiza varios guiños finos al respecto. La cinta, que formó parte de la selección oficial de Cannes en 2019, donde ganó el premio a Mejor Guion, es una obra sobre la pasión, el arte, la honestidad y los recuerdos de los amores pasados. *Periodista y realizador. Director y Editor en CinEspacio24 Noticias. Colaborador en Cio Noticias.
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