Por la gracia de Dios, de François Ozon, es una cinta francesa, basada en hechos reales, que nos narra cómo tres hombre adultos hacen todo lo posible para que el sacerdote que abusó de ellos cuando eran niños vaya a la cárcel; un sacerdote que no niega lo que hizo y que piensa que sólo con decir perdón se arregla todo, y una iglesia que sabía lo que ocurrió desde el principio.
Por Arturo Brum Zarco* Los depravados sacerdotes pederastas son una realidad, una realidad que los líderes de la iglesia católica ocultó por años. Ahora, afortunadamente, no pueden esconder esos vergonzosos y asquerosos actos realizados por lo que se suponen eran guías espirituales para muchos niños. El cine ha sido un lugar para denunciar y mostrar que este problema no se reduce a unos cuantos sacerdotes, sino que la situación es más espantosa: son miles los padres que han abusado de niños, algo que ha pasado por años en todo el mundo, y que sigue ocurriendo. Al respecto, la nueva cinta del francés François Ozon Por la gracias de Dios, basada en hechos reales, muestra cómo un sacerdote encargado de un grupo de boy scouts en los años 80, abusó de más de 70 niños. El filme nos relata de forma lineal la historia de tres personajes, ya en sus 40 años, que denuncian los abusos sexuales que cometió el padre Bernard Reynar, cuando eran niños. Asimismo, narra cómo también denunciaron al arzobispo Philippe Barbarin, quien sabía de los hechos desde el principio. Por la gracia de Dios se enfoca en tres casos, primero nos cuenta sobre Alexander (Melvil Poupaud) un hombre exitoso en los negocios, casado, con cinco hijos y católico, quien al descubrir que el padre Bernard sigue dando clases de catecismo decide contactar a las autoridades eclesiásticas de su localidad para que destituyan a dicho sacerdote. Así, comparte una serie de correos, muy respetuosos por cierto, con el arzobispo Phillippe Barbarin, este le asegura que hará algo al respecto. Y lo que hace el arzobispo es la esencia de lo que la iglesia ha hecho por años: solamente le pide al padre Barnard que ofrezca perdón, ya que la iglesia católica primero cree en el perdón antes que ejercer justicia. Ante tal acto que cae en lo absurdo, decide denunciar al padre con la policía. De esa forma nos lleva al segundo caso, Francois (Denis Ménochet) un hombre casado con dos hijas y ateo, que al ver en el periódico a Bernard también lo denuncia y crea una asociación a la cual se unen varios personas que sufrieron de abusos por parte del padre. Para así llegar al último personaje, Emmanuel (Swann Arlaud) un hombre con problemas físicos y mentales y a quien le cuesta tener una relación estable, este se une a la organización para llevar a Bernard a la cárcel. La cinta toca varios puntos delicados desde la perspectiva de los tres personajes, la forma de cómo daño a cada uno, la manera en que la iglesia sabía lo que les sucedió y los más cruel de la historia: los tres enfrentaron cara a cara a Bernard y este nunca negó lo que hizo, se asumía como culpable y aseguraba que rezaba continuamente por las almas de los niños que atacó. Este caso, que sucedió en Francia, es un ejemplo de lo que ha pasado en todo el mundo: el daño irreparable que los sacerdotes le han hecho a miles de niños, la iglesia escondiendo lo que pasó y con su mentalidad de que el perdón es justicia, y la muestra de que la pederastia es algo común entre los sacerdotes. Por la gracia de Dios es una cinta para seguir hablando de este tema, un tema que la iglesia sigue en su intento de esconder, y reflexionar acerca de que aún falta mucho para que se haga justicia a todos aquellos que han sufrido de abusos sexuales por depredadores que se dicen voceros de Dios.
*Periodista y realizador. Director de Comunicación en CinEspacio24. Colaborador en Cio Noticias y Oculus Todo el Cine.
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