Desde su primera entrega en 2014, el oso Paddington irrumpió en el cine infantil con una estética fuera de lo establecido. Ahora, en su secuela, Paddington regresa con otra historia que invoca el estilo clásico de sus libros, un humor que arranca carcajadas y un villano memorable.
Por Carlos Ramírez García* Las entregas que amalgaman la tecnología CGI (Imagen generada por computadora) con la realidad (Scooby Doo, 2002; Stuart Little, 1999; Los pitufos, 2011) recurren a banales técnicas cinematográficas para contar una historia. En cambio, suelen darle el peso a los chistes de pastelazo para finalizar con un escenario de atmósfera musical con la canción de moda. No obstante, el filme del británico Paul King pone sobre la pantalla sutiles homenajes al cine, así como una estética basada en los libros del oso Paddington, creado por Michael Bond. Esta particularidad se encontrará a lo largo de la cinta Paddington 2. Esto se amolda con un guion causa-efecto, en el que los problemas planteados al inicio se resolverán al final de la película por medio de una serie de eventos. Sin tanto viraje ni confusión, Paddington 2 continúa la vida del osito Paddington (Ben Whishaw) quien vive con la familia Brown (Hugh Boneville, Sally Hawkins). Entre los azares por los que pasa el osito inmigrante de Perú en sus libros, está el de su papel como detective. En Paddington 2 el protagonista halla un libro antiguo y de colección como un regalo perfecto para su tía Luci (Imelda Stauton). Como un niño, Paddington se ve orillado a ganar dinero con trabajos menores para comprar el ansiado regalo. Sin embargo, aquella empresa menor cambia a la de un detective cuando Paddington se entera que el libro ha sido robado de la tienda del señor Gruber (Jim Broadbent). El protagonista, entonces, encontrará un hilo en la trama al cual seguir y que al final le tomará por sorpresa con un villano (Hugh Grant). Desde su aparición en el libro titulado “Un oso llamado Paddington”, el personaje fue creado con la intención de inspirar a los niños. En esta continuación, el espíritu de los libros y de la primera entrega se mantiene, en gran medida, por el regreso del director King. Los guiños a las escenografías y planos de Wes Anderson se intercalan con guiños a Buster Keaton, Charles Chaplin y Jacques Tati. Es por ello que esta obra sobresale por su elegancia a la hora de presentar una historia de corte infantil. El estilo de los libros de Michael Bond es una calca en este largometraje que por momentos suele ser repetitivo. Pero es interesante que por instantes, Paddington 2 apele a un público más adulto que infantil. La continuación del oso Paddington es una propuesta diferente que irrumpe en el cine para niños.
*Periodista. Reportero y Colaborador en CinEspacio24 Noticias.
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