Nunca estarás a salvo (You Were Never Realy Here), cuenta la vida de Joe (Joaquin Phoenix), un hombre con sus tormentosos fantasmas del pasado, quien es violento y agresivo, pero a la par se dedica a rescatar a niñas que las obligan a prostituirse.
Por Arturo Brum Zarco* Joe es un exmilitar que vive con su madre, con quien tiene una relación muy estrecha. Se dedica, fuera de la ley, a rescatar a mujeres y niñas que son obligas a prostituirse. Como un antihéroe es un personaje sumamente violento, agresivo y fuerte; sin embrago contrasta su forma de ser con la delicadeza con la que trata a las mujeres. Por medio de flashbacks, que aparecen rápido en pantalla y siempre como un recuerdo, nos enteramos que Joe tuvo una infancia difícil, con un padre bravucón y una madre sumisa; también, asistimos, de nuevo con secuencias cortas pero poderosas, a la época cuando era militar y vivió cosas perturbadoras. Asimismo, sus recuerdos nos llevan a mujeres atrapadas que ha visto morir. Este personaje vive un trauma delicado, donde su horrible pasado aparece por cualquier detalle; es un ser con estrés postraumático y con poca tolerancia. Esos contrastes de la película la hacen un thriller agradable, donde combina el género del cine negro y utilizan imágenes reflexivas, sangrientas, sombrías y esos hermosos flashbacks subjetivos que son pieza clave de la narrativa. El conflicto aparece cuando un senador lo contrata para que rescate a su hija, una niña que ha sido secuestrada y obligada a tener sexo. Cuando inicia su investigación y el rescate, descubre que la organización contra la que pelea tiene miembros poderosos y eso traerá consecuencias sangrientas. Joaquin Phoenix hace un papel impecable, me atrevo a decir que es su mejor trabajo. Muestra con gran capacidad sus diferentes emociones: en una escena puede estar cantando muy tranquilo con su madre y en otra golpear a una persona por hacerlo esperar; esa ambigüedad lo logra con creces el actor. Dirigida por Lynne Ramsay, quien ya había utilizado con maestría el recurso narrativo de los flashbacks en la cinta Tenemos que hablar de Kevin. En Nunca estarás a salvo, se ve la evolución de esta directora, que sabe mover y utilizar la cámara para por momentos ser sutil y en otros ser sangrientos; así como el protagonista nos va llevando a un camino de diferentes emociones, y eso lo logra con el uso exacto del lenguaje cinematográfico, (hay escenas donde la imagen cuenta todo y no se necesitan diálogos). Se nota que la cinta es un homenaje a una de las películas de culto más importante de la historia Taxi Driver de Martin Scorsese, donde el protagonista, interpretado por Robert De Niro, es un taxista que busca salvar a una niña de las “garras” de la prostitución. En Nunca estarás a salvo podrán notar secuencias similares al clásico de Scorsese. Así, por momentos el filme nos muestra la mente perturbada del protagonista, pero sus buenas intenciones. El filme habla del estrés postraumático; toca el tema de la prostitución infantil y la violencia hacia la mujer; pero no pone a la mujer en un punto vulnerable sino en una situación de empoderamiento. Buena película, no será el Taxi Driver de esta generación, pero si es un gran homenaje a ella, y enseña una técnica de la directora única para contar historias.
*Periodista y Realizador. Director de CinEspacio24 Noticias. Colaborador en Cio Noticias y en Oculus Todo el Cine.
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