Impresionantes paisajes, temperaturas gélidas, ambientes melancólicos y detectives taciturnos. Éstos son algunos de los elementos que distinguen el género de ficción policíaco conocido como nordic noir.
Como su nombre lo indica, el nordic noir se define así por su ubicación geográfica, la zona nórdica conformada por Dinamarca, Suecia, Noruega, Finlandia, Islandia, las Islas Feroe y Groenlandia.
Las características más relevantes del género se deben a la cultura compartida de la región, ya que el subtexto de las historias se alimenta de preocupaciones sociopolíticas similares: el impacto del capitalismo en las tradiciones nacionales, el medio ambiente, la inmigración, el narcotráfico, la misoginia y el mercado negro.
Noruega
Otro rasgo significativo de este género obedece, sin duda, a las condiciones áridas y de bajas temperaturas del lugar, las cuales se traducen en el tono sombrío y crudo de las historias, que a su vez viene a empatarse de forma casi natural y perturbadora con la sordidez de los crímenes que se investigan.
El contexto geográfico y cultural explicaría también la fidelidad al tipo universal del protagonista del noir: un detective marcado por una pérdida u otro tipo de evento traumático, cuya personalidad obsesiva y de talante lacónico, o violento en ciertos casos, lo empuja a vivir en soledad, apartado de la convención social.
Islandia
Conforme la investigación avance, el detective enfrentará dilemas morales que afectarán sus relaciones personales y su dinámica laboral, y con frecuencia empeorarán su reputación social.
Las series televisivas se nutren de la vasta obra literaria que ofrece cada uno de los países nórdicos. Por ejemplo, la saga del detective Kurt Wallander escrita por el sueco Henning Mankell, muy popular en los 90, o la célebre obra de la autora noruega Anne Holt, quien escribió la saga sobre la inspectora Hanne Wilhelmsen, también en los 90.
El escritor Henning Mankell
El auge del nordic noir en el resto de Europa se confirmó cuando el sueco Stieg Larsson publicó la trilogía Millennium, tres novelas que relatan las investigaciones de Lisbeth Salander, una hacker asocial, y Mikael Blomkvist, un popular periodista y editor de la revista “Millennium”.
La saga fue un éxito de ventas que inspiró dos adaptaciones al cine, la trilogía sueca de 2009 y una película estadounidense de 2011, además de una miniserie sueca en seis partes (de 2010), así como parodias y múltiples ensayos.
Noomi Rapace y Michael Nyqvist en la trilogía de Millennium
La trilogía de Larsson ilustra el enorme potencial narrativo de las novelas policiacas y de crimen para construir una reflexión social contemporánea, al mismo tiempo que los capítulos enfocados en la acción y el misterio permiten una adaptación más o menos sencilla al lenguaje audiovisual (de las series y películas).
El formato de una miniserie de seis capítulos o una serie de diez a doce capítulos permite que la historia se desarrolle de forma similar a como sucede en una novela, logrando abarcar tanto los pormenores de la pesquisa policial como el trasfondo social o político de los crímenes.
Otro antecedente de la creciente popularidad de los nordic noir para televisión y cine, podría rastrearse hasta el éxito de la película Insomnia (de Erik Skjoldbjaerg) y las series The Killing y The Bridge.
De 1997, la película noruega Insomnia retrata el sentimiento de culpa de un detective luego de matar por accidente a su compañero, y cómo su crisis moral empeora por el «Sol de medianoche», fenómeno natural en el que el Sol es visible las 24 horas del día.
Stellan Skarsgard en la cinta Insomnia
El filme es considerado un excelente estudio psicológico sobre su protagonista, además de una sobria película de suspenso y misterio. Estas cualidades bastaron para que la cinta diera lugar a un remake estadounidense en 2002.
La versión estadounidense dirigida por Christopher Nolan, con las actuaciones de Al Pacino y Robin Williams, significó un modesto pero sólido triunfo en crítica y taquilla que a la postre catapultó a Nolan a dirigir la trilogía del Caballero de la Noche.
Por otra parte, la danesa The Killing y la coproducción sueco-danesa The Bridge tuvieron un impacto similar al de Insomnia. Ambas series televisivas demostraron ser bastante populares tanto en Escandinavia como en países como Alemania y, sobre todo, Inglaterra, al grado de llamar la atención del mercado estadounidense.
The Killing sería adaptada por las cadenas Fox y AMC en Estados Unidos, mientras que The Bridge tuvo múltiples versiones europeas y una en Estados Unidos, ordenada por la cadena FX.
Vale la pena destacar el caso particular de la adaptación de The Killing, en la que se intentó replicar la construcción de los ambientes distintivos de Copenhage con las locaciones oscuras y lluviosas de Vancouver, British Columbia, que hacia las veces de Seattle, Washington, ciudad donde ocurre la historia.
La creadora y productora ejecutiva Veena Sud intentó capturar (y honrar) el espíritu de la serie original y de forma paralela explorar los personajes marginales, los políticos y sus campañas electorales y la diferencia de clases sociales en Estados Unidos.
En el momento de su estreno en 2011, The Killing pasó un tanto inadvertida, y luego poco a poco fue rechazada por su implacable retrato realista de la sociedad y la vida política. Afortunadamente, en 2012 Netflix rescató la serie de la cancelación de Fox y logró producir dos temporadas más en 2013.
Con la novedosa estampa de «Original de Netflix», este remake estadounidense sería una de las primeras series en gozar de un segundo aire gracias al streaming y al ya famoso «maratoneo».[1]
El impacto nórdico influyó particularmente en Gran Bretaña, donde se han producido series como Shietland (de la BBC), en Escocia; la londinense Marcella (escrita por el creador original de The Bridge, Hans Rosenfeldt); Broadchurch (con Olivia Colman como detective); la antológica The Missing, y la miniserie River(protagonizada por el sueco Stellan Skarsgard).
Vale la pena notar que en los últimos años Netflix ha tomado la batuta para la producción y distribución de más series británicas con influencia nórdica, como Retribution, Paranoid, la irlandesa Jack Taylor, la galesa Hinterland, Safe con Michael C. Hall y Collateralcon Carey Mulligan.
Carey Mulligan en la mini serie Collateral
De esta forma, el nordic noir ha venido a llenar un nicho de programación para adultos con hambre de thrillers psicológicos “novelescos”, alejados del cúmulo de series procedural estadounidenses más dinámicas pero un poco más simples como Chicago PD, FBIy La ley y el orden.
[1] Curiosamente, desde 2019 la serie completa sólo está disponible en las plataformas de Hulu y Prime Video en Estados Unidos, pero Netflix no ha comentado la razón por la que The Killing fue «bajada» de su plataforma.
*Cineasta, analista y colaborador de CinEspacio24 Noticias
Sé el primero en comentar en «Nordic Noir: Una introducción»