Crítica de Noche sin paz, dirigida por Tommy Wirkola y protagonizada por David Harbour. El filme nos cuenta cómo un cínico Santa Claus tendrá que salvar a una familia que ha sido secuestrada. Divertida película.
Por Martín L. González*
Es común que durante los primeros días del último mes del año comiencen a llegar las películas navideñas, las cuales buscan llenar el ambiente de amor, a las personas de paz y las billeteras de las grandes industrias cinematográficas con un gran capital. Por ello es que en una época del año tan económicamente activa, las películas recurren a fórmulas con éxitos probados.
Pero a pesar de que existe una estructura para crear la fórmula de un clásico instantáneo del cine navideño, hay largometrajes que lejos de abordar estas fechas con cintas de comedia, romance o drama, encuentran un enfoque refrescante en el terror, thriller o la acción.
Es así que si bien podemos reconocer a Mi Pobre Angelito como una película imperdible para ver en diciembre, filmes como Duro de Matar (John McTiernan, 1988), Batman Regresa (Tim Burton, 1992) o El Día de la Bestia (Alex de la Iglesia, 1995) también reclaman un lugar en esta competitiva lista.
Al existir tanta oferta para un tipo de cine que año con año aumenta la cantidad de producciones, resulta complicado destacar del resto, siendo esta una razón suficiente para orillar a cientos de cineastas curiosos a crear propuestas que cada vez resultan más retorcidas. Es por eso que destaca la cinta Noche sin paz, la cual se estrena este 1 de diciembre, una obra original y novedosa, como se puede vislumbrar desde el inicio del filme cuando presentan al mítico hombre rechoncho de pelo blanco y abundante barba, Santa Claus, abusando de las bebidas alcohólicas durante la víspera de Navidad.
Esta película nos cuenta cómo Santa Claus (David Harbour) ha pasado tantos años entregando regalos que no recuerda por qué lo hace, y ha perdido todo el espíritu navideño que alguna vez tuvo. Realizando la repartición anual de obsequios por mero acto rutinario.
Sin embargo, durante su recorrido, Santa llega a la casa de Trudy (Leah Brady), una pequeña niña que ha sido tomada como rehén junto con toda su familia por un grupo de delincuentes. Conmovido por la situación de la pequeña y obligado a permanecer ahí por el abandono de sus renos, Santa deberá salvar a la niña de los sanguinarios maleantes y deberá convertirse en la versión más visceral y agresiva de este iconico personaje.
Es así que Noche sin paz presenta una historia navideña de comedia negra y cine gore que a pesar de contar con un buen presupuesto, trata de emular al cine de serie b. Algo que resulta lógico cuando se echa un vistazo a la filmografía del director Tommy Wirkola, un realizador que no es ningún novato en el cine de bajo presupuesto, ya que cuenta con películas como Hansel y Gretel: Cazadores de Brujas (2013), Zombis Nazis (2009) y su secuela Zombis Nazis 2: Rojos vs Muertos (2014).
Por ello es que el tono de Noche sin paz es violento, descabellado y desmedido, no obstante, la esencia del mensaje de paz y amor al prójimo que rodea en gran parte a estas producciones se mantiene presente en el filme empaquetado de forma inusual.
El ritmo del largometraje es ascendente, y puede resultar complicado conectar con el filme, consecuencia del humor hilarante que se permite la cinta, mismo que en principio puede resultar incómodo, especialmente para quienes no están acostumbrados a este tipo de comedia.
Las películas que tratan de romper el molde de los clásicos navideños suelen perder el interés en contar historias esperanzadoras que nos hagan vivir de manera diferente las épocas decembrinas, y por los general sólo ven en la Navidad un contexto sobre el cual desarrollar una trama que no necesariamente comulga con los valores relacionados a dicha festividad.
Esa es la razón que Noche sin paz puede convertirse en un clásico instantáneo, ya que si bien es cierto que los puntos más sobresalientes del largometraje son la violencia desmedida y el humor negro, la cinta mantiene viva la llama de la ilusión y nos invita a reflexionar que lo realmente importa de la navidad va más allá de los deseos materiales.
*Crítico de cine. Colaborador CinEspacio24
Sé el primero en comentar en ««Noche sin paz», violenta y emotiva película navideña»