El Cine Noir tenía como característica principal la intriga y sobretodo el desarrollo del misterio psicológico y oscuro de sus personajes, cosas que lamentablemente no me dejan muy convencido en el filme de Guillermo del Toro, pues se siente como ver una película en donde nos expone muchísimo lo visual, donde en cada lugar que volteemos podremos encontrar algo llamativo, pero a la vez, nunca llegamos a apreciarlo más a fondo.

Así que básicamente estoy en tablas. Me gusta pero no me encanta y no creo que sea una de las joyas de Del Toro, pero eso no demerita que sea una película bastante digna y considero que es  “imperdible” y a la vez pronostico que generará opiniones divididas entre el público.

Alerta de Spoiler :

Un último punto en el que quiero profundizar y que para mí es lo mejor de la película es su manejo de lo fantástico. Es bien sabido que el mejor cine de autor de Guillermo del Toro cuenta con elementos que pueden ser descritos como terroríficos o fantásticos (o ambas) y en esta ocasión Nightmare Alley también cuenta con ellos pero de una manera diferente.

Para quien no lo sepa, a Del Toro le encantan los monstruos,  y esto es visible a lo largo de su trayectoria donde podemos identificar elementos, referencias y recursos de éstas dentro de sus filmes más icónicos. 

Lo primero y obvio es que queda claro que una gran parte de la producción puede tomarse como un homenaje directo a Freaks (1932), una imperdible obra maestra de Tod Browning, pero siendo estricto es inevitable buscar hacer referencia con ésta a cualquier película que se ambiente en un circo. Sin embargo en esta ocasión, es evidente gracias al cameo de los difuntos Schlitzie (un icónico actor de circo característico por haber nacido con microcefalia), así como de Minnie Woolsey, mejor conocida como “Koo Koo la Mujer Ave”. Ambos aparecieron también en Freaks de Browning.

Por otro lado, la figura del monstruo esta hermosamente metaforizada en Nightmare Alley, ya que en esta ocasión Del Toro introduce —de nuevo— ese concepto pero no desde el punto de vista literal de un personaje monstruoso o sobrenatural; sino a través de la degradación sobre todo moral de Stan Carlisle, su protagonista.

Es muy interesante ver cómo los elementos fantásticos se entremezclan con la exposición de los trucos o fraudes. Por un lado vemos con asombro cómo se llevan a cabo los actos circenses para después ser contrastados con el rompimiento de la ilusión; lo que conlleva a que en algún momento veamos de manera fría y sin ilusiones los actos mágicos, pero lo fantástico se hace presente con la lectura del Tarot que Zeena Krumbein (la adivina) hace para Stan y que resulta justamente el equivalente con el Oráculo para los griegos: la profecía y genuina advertencia de un final terrible que dictará el camino del héroe o la destrucción de nuestro protagonista.

Stanton Carlisle representa al Monstruo pero no como una forma literal, sino como el resultado de la degradación moral del personaje a través de su pasado, de su antiética ambición y sobretodo de las acciones que lo van lleva a un final que, si leemos entre líneas dentro de los diálogos iniciales alrededor el hombre-bestia enjaulado producto de los vicios, el engaño y la manipulación del hombre para con sus semejantes, profetiza la des-evolución final del protagonista .

Amo la forma en que De Toro nos muestra esta metáfora y nos recuerda que la monstruosidad no es más que un reflejo del ser humano, y que al final todos podemos convertirnos en un monstruo ya sea por predisposición, destino o voluntad propia; algo que sin duda forma parte de la visión única, personal y autoral de este director, tema que podemos observar directamente en su Shape of Water y en su Laberinto del Fauno.

El Pumpkímetro para la Almas Perdidas 

Nightmare Alley es sin duda una película imperdible que bien puedes amar u odiar. Si bien aún no termino de decidir cuál es mi postura ante ella, es momento de dar una puntuación objetiva con base en mis impresiones anteriores y los elementos técnicos cinematográficos que conozco.

Tomando en cuenta que cinco calabazas es algo más o menos como «Ver esta película se siente como asistir y maravillarse ante una función del Cirque du Soleil o un gran circo de antaño» y que por el contrario cero calabazas seria el equivalente a «genera la misma emoción de ver un malabarista de fuego en un semáforo, que por más talentoso que sea es insuficiente» ; yo le entrego a todas las pobres almas perdidas de este callejón un total de 🎃🎃🎃 para que las incorporen de manera ingeniosa dentro de sus actos mentalistas y circenses, ya que imaginación y creatividad no les sobra para nada.

Nightmare Alley es una maravilla visual y metafórica, pero eso sólo no basta para alcanzar a ser una de las joyas de Guillermo del Toro, aunque no por eso deja de ser visible que sin duda se trata de una película hecha con verdadera pasión y un gran amor al cine, desde la visión inconfundible de su director. Me despido por ahora y espero vernos pronto en otro Circo.