Monos, de Alejandro Landes, es una película colombiana sobre ocho adolescentes que forman parte de la retaguardia de un ejército, quienes se encuentran en un lugar inhóspito y su misión es cuidar a una mujer que tienen secuestrada.
Por Arturo Brum Zarco* En la cima de una montaña, un lugar inhóspito, ocho adolescentes colombianos juegan aventándose lodo que agarran del suelo; después de ese alocado momento de ocio, vuelven a sus forzadas responsabilidades, toma cada uno su arma de fuego y vigilan que la mujer estadounidense que tienen secuestrada esté viva. Estos jóvenes son parte de una retaguardia militar, y tienen como misión el cuidado de una persona a quien sólo conocen como “La doctora”, alguien a quien por momentos tratan afablemente y en otros se burlan de ella. Como si les hubieran robado su nombre e identidad, cada uno de estos adolescentes tiene un apodo; está el Lobo ( líder del grupo), su novia Leidy, el Patagrande, Rambo, la Sueca, el Pitufo, Boom Boom y el Perro. Todos ellos comparten los sentimientos naturales de la adolescencia: el ímpetu, los primeros deseos sexuales, la locura de la aventura y el desmadre; no obstante, su juventud se ve interrumpida por un conflicto armado y peleando en lugares salvajes. A ese viaje y paralelismo entre la adolescencia y una guerra nos lleva la simbólica y demoledora cinta Monos, dirigida y escrita por Alejandro Landes, se estrenó en 2019 en el Festival de Cine de Sundance, donde recibió el premio especial del jurado a mejor Cine Internacional. Un filme que afortunadamente estuvo, y fue bien recibida, en algunos festivales internacionales; asimismo en Colombia,y en varias partes de Europa tuvo éxito en taquilla; desafortunadamente no se estrenó en México, pero ahora llega a nuestro país gracias a la plataforma de streaming Netflix. Monos es una joya del cine colombiano, una buena propuesta del género bélico. Una cinta que encuentra su estilo propio y una llamativa y arrebatadora estética visual; la cual nos lleva a lugares que en fotografía podrían parecer paradisiacos, pero en realidad son selvas y montañas de difícil acceso. Un gran mérito de la producción de Monos es entrar a la selva y filmar en lugares que nunca se habían utilizado para dicho fin. Filmaron imágenes con helicópteros, cámaras acuáticas y usaron efectos especiales que logran reforzar ese sentimiento bestial en el que se encuentran los ocho jóvenes. Adolescentes que no conocemos su pasado, sólo sabemos que están ahí cumpliendo órdenes; reglas que quizá en su inocencia no entiendan pero intentan cumplirlas cual estricto mandato militar. Sin embargo, su calidad de adolescente surge y sus ganas por tomar el control de su vida aparece. Así es como la película logra crear un mini universo alrededor de los protagonistas; un mundo donde dictan sus leyes, su lenguaje, su forma de ser (cada vez más salvaje). Con claras referencias a las películas Apocalipsis Now (1979) y El señor de las moscas (mucho más al libro homónimo de William Golding que al filme de 1990), el director hace una analogía de la tensión entre lo individual y lo colectivo. Monos es atrevida, disruptiva, un filme que muestra la naturaleza desenfrenada de la adolescencia y las desgarradoras consecuencias de una guerra. *Periodista y realizador. Director y Editor en CinEspacio24 Noticias. Colaborador en Cio Noticias.
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