Esa es la premisa de la cinta Papá y Mamá, una película que combina el género de horror con comedia negra y un poco de suspenso. La cinta se centra en la familia Ryan, una pareja que tienen dos hijos: Carly Ryan (Anne Winters), quien está en plena adolescencia y lo que menos quiere es estar cerca de su madre, a Kendall esto le causa una depresión y una angustia terrible; y  Josh Ryan (Zackary Arthur), un niño travieso que un día arruina el preciado coche de su padre, un auto clásico, Bren se molesta bastante, pero sólo lo regaña. Hasta aquí la situación es normal como cualquier familia donde los padres soportan y aman sobre cualquier cosa a sus hijos. Pero de repente, nace en el padre y la madre una espantosa necesidad de matar a sus hijos. 

El trasfondo de la película tiene cosas interesantes. En este caso no toca el tema de la paternidad o la maternidad como algo dulce sino como una situación que ocasiona estrés, delirio, psicosis, y eso es más común de lo que se cree. Existen padres que son infelices o que viven una depresión constante añorando los sueños que tenían, es decir, la cinta habla sobre la insatisfacción de ser padre o madre. Eso se ve en una plática profunda y sincera que tienen los dos protagonistas, quienes concluyen que sus nombres han desaparecido para sólo ser mamá y papá.

La cinta tiene escenas violentas, sangrientas y una fotografía agradable; además cuenta con unas excelentes actuaciones de Nicolas Cage y Selma Blair, quienes muestra en la primera parte de la película una cara de amor hacia sus hijos, y al final sus rostros reflejan locura.

Mamá y Papá es una comedia negra que utilizan elementos narrativos del cine de zombies. Asimismo,  es una cinta de terror que quizá dice lo que muchos callan, ser padre no es tan dulce como se cree. No lo sé.