“Las tetas de mi madre”, un interesante filme colombiano

Comparte el cine

Por Martín L. González*

Las Tetas de Mi Madre, película colombiana de 2015, probablemente no sea el titulo más llamativo para un largometraje, de hecho fácilmente podría hacerse pasar por una comedia burda llena de clichés, y eso definitivamente no le hace justicia al mensaje que da, pero a veces hay que sumergirse en películas que desconocemos y simplemente dejarnos llevar

Martin, es un niño de 10 años que sueña con llevar a su madre a Disney, para ello trabaja como repartidor de pizzas. Un día se encuentra con Cacharro, un joven de su edad, el cual le enseña un mundo lleno de vicios, drogas, ambiciones y peleas callejeras.

Una noche, Martín, pide prestado el baño de un burdel después de hacer una entrega a domicilio, y por error entra a una cabina de striptease y ve por primera vez una mujer desnuda. Tiempo después vuelve para verla una vez más, pero esta vez se encuentra a su madre al otro lado del vidrio.

Con su inocencia y el deseo de viajar a Disney, Martin busca evitar que su madre siga trabajando en ese lugar.

El director Carlos Zapata opta por realizar una película cruda que está cubierta de dureza y realidad, pues ante una situación de esta magnitud es casi imposible no romper la infancia de alguien. ¿Cómo seguir adelante ante esto?

El filme parece un intento de traernos el neorrealismo italiano una vez más y mantenerlo con vida pero en su versión colombiana. Es genuina la línea que traza el largometraje siguiendo dichos pasos y por ello fácilmente podría ser encasillada dentro de esa categoría, sólo que a diferencia de dicha corriente cinematográfica, el largometraje carece del ojo de un genio.

La película peca de ser pretenciosa, y aunque por momentos enseña destellos de verdaderas cátedras cinematográficas, es prácticamente un hecho que no sabe cuando parar.

Se dice que la tensión es como una liga que se estira hasta el límite en el que se rompe, pero en Las tetas de mi madre eso nunca sucede. La liga se estira y se estira pero nunca pasa nada más. La vida de Martin se vuelve cada vez más complicada, y justo cuando crees que hemos llegado al límite de catástrofes que soportaría un pequeño de tan solo 10 años, la manera en que el director surfea estos problemas es realizando un encuadre enfocado en nuestro protagonista que suelta tan sólo una lágrima, aun cuando su mundo se está cayendo a pedazos.

Es indudable que la película mantiene un ritmo uniforme, pero esa virtud con el tiempo se convierte en un problema.

El cine se trata de hacer sentir al espectador algo, pero cuando generas expectativas tan grandes, puede que el desenlace sea decepcionante.

El director nos da a probar el dulce de una gran historia que tristemente vamos lamiendo durante 90 minutos, sólo para darnos cuenta que no contiene ningún centro chicloso, y que por el contrario tan sólo fue una promesa más que fácilmente podría quedar en el olvido.

Una imagen vale más que mil palabras, y en Las tetas de mi madre esto resuena con mayor intensidad, pues durante gran parte del largometraje, el director decide prescindir de los diálogos y tan sólo mostrarnos lo duro que puede ser la vida en los barrios bajos. Y gracias a esto es que logramos generar una empatía por Martin. Él no eligió que esto le sucediera, él tan sólo quiere que todo termine de una buena vez para continuar con sus ilusiones de niño, que poco a poco ve desvanecerse ante sus propios ojos sin que siquiera pueda hacer algo al respecto.

Y por eso es que duele tanto la falta de emociones en el filme. Porque entendemos a los personajes y sin conocer del todo sus situaciones, los problemas que tienen pueden parecer tan nuestros que da miedo. Y al estar tan involucrados con la película se convierte en algo realmente molesto el hecho de que nunca se dé un paso más en el largometraje.

Al final, frente al gran mensaje que apenas logra vislumbrar entre tantos aciertos y errores que abundan en el filme, debemos comprender que todos necesitamos de una motivación que día con día nos aliente a querer visitar Disney.