«La región salvaje», los límites del deseo

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Con elementos de ciencia ficción y horror, la nueva película del director guanajuatense Amat Escalante, La región salvaje, es un filme profundo y metafórico sobre el autoengaño, la aceptación de los deseos sexuales y la violencia familiar.

Por Arturo Brum Zarco*

@arturobrum

Una familia como cualquier otra: padre, madre y dos pequeños hijos. Todo parece normal y común, pero los padres esconden sus más íntimos deseos, guardan sus más profundos sentimientos; viven en un engaño. Tienen una pequeña casa en la ciudad de Guanajuato. Él padre, Ángel (Jesús Maza) es misógino y alcohólico, casi el estereotipo. La madre, Alejandra (Ruth Ramos), es sumisa, ama de casa y trabaja como obrera en la empresa de dulces de su suegra.

Sus relaciones sexuales son vacías e incompletas, y así sus frustraciones son mayores, ya que no aceptan su falta de deseo sexual, el sentimiento quizá más primitivo y puro del ser humano.

En contraste, Alejandra tiene un hermano enfermero, Fabián (Eden Villavicencio), quien vive feliz con su homosexualidad. Por su parte, Ángel vive una doble vida: al no aceptar su propia sexualidad, vive atrapado entre su “responsabilidad como hombre de familia” y una relación secreta que tiene con su cuñado.

Hasta aquí es una cinta con un tema importante, la aceptación de la sexualidad; sin embargo, tiene un elemento más, que la hace más profunda y metafórica. A la par de que conocemos a dicha familia «convencional”, está la historia de Verónica (Simone Bucio), una taciturna mujer, que sufre la pérdida de alguien. Ese alguien es la clave de la cinta La región salvaje, ya que no es un humano, no es animal, es un ser de otro mundo que tiene como principal objetivo el placer.

Verónica conocerá al enfermero y a su hermana, e iniciará una historia donde las emociones de cada uno llegan al límite y el engaño queda en segundo plano. De una forma metafórica ese monstruo es nuestra región salvaje, la que no queremos aceptar, es el engaño en que viven muchas personas al restringir sus deseos. Asimismo, la cinta es una crítica hacia la violencia a la mujer y al homosexual.

La región salvaje ganó hace dos años en el Festival de Venecia el premio a Mejor Director. El realizador Amat Escalante se arriesga al contar una historia que crítica la violencia hacia la mujer con un elemento de fantasía y horror: un misterioso monstruo. El propio Amat declaró que al escribir el guion existió un momento en que se aburrió y la inclusión de la fantasía logró que la película fuera una realidad.

Una historia con erotismo, con una fotografía reflexiva, con diálogos básicos y contundentes, una narración simbólica, sobre el deseo, la pasión y nuestra propia aceptación de la sexualidad.