Crítica de Jurassic World:Dominio, dirigida por Colin Trevorrow. Épico y nostálgico final de esta famosa saga sobre dinosaurios, que reúne al elenco de los 90 con el actual.
Por Jesús M. Pedraza Madrid*
El verano está a punto de comenzar y como todos sabemos, es la temporada en donde podemos ver las películas más esperadas del año: los grandes blockbusters que seguramente se convertirán en éxitos taquilleros. Como alguien que nació en la década de los noventas, considero que mi generación creció (en términos de ciencia ficción y fantasía) de la mano de tres grandes franquicias de cine, Star Wars, Harry Potter y por supuesto la aterradora e impactante Jurassic Park, que desde 1993 nos cambió totalmente la forma de imaginarnos a los dinosaurios y que hizo que muchos tuviéramos el sueño de ser paleontólogos, a la par de pesadillas con temibles velociraptors.
En ese contexto, se estrena la cinta Jurassic World: Dominion, la película que marca el fin de la franquicia que inició con el icónico clásico de Jurassic Park. Esta película es dirigida (al igual que sus dos predecesoras) por Colin Trevorrow; y reúne el talento protagónico de ambas mitades de la saga: Sam Neill (Alan Grant), Laura Dern (Ellie Stattler), Jeff Goldblum (Ian Malcom), Bryce Dallas Howards (Claire Dearing), Chris Pratt (Owen Grady) y con la participación especial de Dewanda Wise (como la traficante Kayla Watts) e Isabella Sermon (Maisie Lockwood).
El filme es una secuela directa de JW: Fallen Kingdom (2018), en donde los dinosaurios capturados para una subasta clandestina terminan siendo liberados por Maisie Lockwood. Cuatro años han pasado desde este incidente y el mundo cómo lo conocemos cambió de forma extrema debido a la presencia de estos animales. Así, la poderosa Corporación BioSyn construyó un santuario natural en Italia para poder proteger a los dinosaurios del mercado negro y brindarles calidad de vida.
La trama de la historia gira en torno a dos líneas de acción paralelas: por un lado la adolescente Maisie Lockwood es raptada junto con una cría del velociraptor Blue, por un grupo de caza fortunas y traficantes, motivo por el cual Claire Dearing y Owen Grady emprenden una épica excursión para rescatarlas. Por el otro lado la Doctora en Paleo-Botánica Ellie Sattler investiga la aparición de una plaga de langostas de proporciones descomunales que representan un serio peligro de desastre ecológico. Con la sospecha de que BioSyn puede ser la responsable de esta mutación, Ellie convence al Dr. Alan Grant de unirse junto con el Doctor Ian Malcom para desenmascarar a los culpables.
Las dos lineas argumentales de JW: Dominion sin duda forman una película que destaca por la complejidad de su historia y el intento de lograr juntar de forma coherente a ambos elencos de la saga y, lo mejor de todo, es que lo logran de manera exitosa. Esta película es un crisol en donde la ciencia ficción y la aventura se combinan de forma majestuosa para dar como resultado un filme emocionante y cautivante que se diversifica en diferentes problemáticas, además de los vistosos ataques de los dinosaurios.
En ese sentido, la principal fortaleza de este filme es el desarrollo de su argumento por medios de dos líneas de acción que convergen en un clímax mutuo, logrando crear una historia llamativa y llena de acción que sin duda apela por momentos a la nostalgia y al fan service, pero de una forma que no se siente forzada sino necesaria.
Respecto a los conceptos técnicos como era de esperar esta película es espectacular. Su cinematografía y efectos especiales son simplemente deslumbrantes; su edición funciona a la perfección para exaltar la adrenalina del público y ayuda a que el filme en general no se sienta cansado por su duración. Respecto al diseño sonoro, una vez más resulta atractivo e icónico los sonidos de los dinosaurios. Las actuaciones son buenas, pues se ajustan al estilo que Colin Trevorrow marcó en la mitad de Jurassic World, si bien debo confesar que este detalle no me encanta, al menos mantiene una uniformidad general con las películas.
Asimismo, como buen filme de Ciencia Ficción, Jurassic World: Dominion expande sus argumentos y conflictos al introducir a la saga temas aún contemporáneos en un mundo ficticio en donde los dinosaurios corren libres por el planeta. El filme pone sobre la mesa problemas que podemos ver reflejados hoy en día como el comercio ilegal de animales, a la par que hace una referencia a las posturas ambientalistas y pro animales.
Por otro lado, destacan dos conceptos que anteriormente no habían sido tocados a fondo dentro de la franquicia: el diseño genético en humanos y el impacto ecológico que la introducción de una nueva especie ocasiona en un ecosistema complejo al borde del caos, ambos casos bajo la visión de una Corporación egoísta que avanza y destruye de acuerdo a sus propios intereses.
Jurassic World: Dominion nos invita a reflexionar sobre las interrogantes “¿Qué es lo que nos hace humanos o seres vivos?” Y si los seres producto a raíz de la clonación deben tener derechos o ser utilizados como productos de la ciencia. Esta idea es la que mueve principalmente el argumento del rescate de Maisie Lockwood quien es justamente el primer ser humano producto de la experimentación genética y cuya sangre representa la clave para el uso de esta tecnología.
Mientras tanto, el conflicto producido por la plaga de langostas nos habla concretamente del riesgo ecológico y la destrucción que las Grandes Corporaciones (como las de los alimentos transgénicos) provocan sobre el ecosistema y cómo éstas pueden controlar y manipular los mercados comerciales, con base en una fría y cruel visión capitalista del mundo. Aquí el conflicto radica en la ética de las empresas, la manipulación científica y mediática así como la sumisión de los gobiernos ante el poder del capitalismo voraz.
El Pumpkimetro prehistórico para Jurassic World: Dominion
Después de estás reflexiones llegamos al momento de repartir calabazas. Para quienes nunca me han leído, a mí me gusta otorgar calabazas a las películas porque son divertidas y muy versátiles. Tomando como parámetro que cinco calabazas equivaldría a la emoción de “Ser un huésped de lujo y atravesar la gran entrada de un increíble parque temático con Dinosaurios vivos” y que por el contrario, cero calabazas sería algo como “Dar un paseo por un pequeño parque con maquetas de dinosaurios: divertido pero jamás comparable con la experiencia de convivir con seres vivientes”. Tomando en cuenta mis impresiones anteriores, yo le concedo un total de 🎃🎃🎃🎃 para todos y cada uno de nuestros héroes jurásicos favoritos. No estoy seguro de cómo serían las calabazas prehistóricas, pero no tengo ninguna duda en que las calabazas pueden ser una fuente de nutrición fundamental de los dinosaurios herbívoros, mientras que por otro lado, sería interesante ver si Owen puede entrenar a los velociraptores para hacer grabados con sus garras en éstas. Si les gusta esta idea, no olviden hacer sus pumpkin cravings con temáticas de dinosaurio el próximo otoño.
Jurassic World: Dominion, que se estrena este 1 de junio de 2022, es una gran película que no te debes perder por nada. A pesar de tener unos cuantos puntos débiles en su guión cumple su promesa de ser una épica aventura para cerrar la franquicia.
*Analista. Crítico de cine. Colaborador de CinEspacio24.
Sé el primero en comentar en ««Jurassic World: Dominio», épica aventura para cerrar la franquicia»