Juan López Moctezuma fue un director mexicano atrevido y controversial, quien construyó un cine de terror adelantado a su época; actualmente, sus cintas son consideradas de culto. Conoce un poco de su historia.
Juan López Moctezuma nació en la Ciudad de México en 1929, se desempeñó como director de cine, actor, productor y locutor de radio. Murió el 2 de agosto de 1995. Tiene 5 películas acreditado como director, las cuales desarrolló en los limites del terror y el suspenso. Entre los directores que lo citan como influencia destaca Guillermo Del Toro. Trabajó como productor de Alejandro Jodorowsky en Fando y Lis (1968) y El Topo (1970).
Los temas abordados por López Moctezuma en sus cintas fueron tan oscuros como polémicos, al igual que su vida; dedicó mucho tiempo al teatro, era un acérrimo fanático del jazz y sus amistades iban de Seki Sano, Rafael Corkidi, pasando por José de la Colina, Salvador Elizondo, Paul Leduc, hasta llegar al excéntrico Jacobo Grinberg Zylberbaum.
Su primer película La mansión de la locura(1973) es la adaptación de una obra de Edgar Allan Poe; López Moctezuma, quien también era un anglófilo confeso, decide retratar esta poco conocida obra de uno de los maestros del denominado romanticismo oscuro, titula originalmente The System of doctor Tarr and profesor Fether.
La mansión de la locura
La historia cuenta las vivencias del doctor Tarr y cómo llega a un manicomio dirigido por un individuo que está loco y ha hecho del lugar un espacio para que los pacientes efectúen su voluntad libremente y sin control. La estética tan peculiar de este primer trabajo le valió reconocimiento en el extranjero, el Festival de cine de terror de Sitges le acogió muy bien y ganó la medalla de oro del Festival Internacional de Cine Fantástico y de Ciencia Ficción de París; no obstante, en México fue un fracaso en taquilla y la critica del momento la destrozó.
Para su siguiente trabajo, López Moctezuma se inclinó por la temática de vampiros, resultando así en Mary, Mary, Bloody Mary (1974). La historia pasó bastante desapercibida y opacada por las producciones extranjeras con temáticas similares. Para esta película, López Moctezuma, optó por una paleta de colores distinta a su anterior trabajo y por movimientos de cámara más expresivos.
Helena Rojo en Mary, Mary, Bloody Mary
En 1978 llegaría el filme que le daría el estatus de autor de culto y el reconocimiento y respeto en su propia tierra, Alucarda, hija de las tinieblases por mucho su obra mas célebre tanto en la audiencia como entre la crítica. Abordando temas tabú en una sociedad tan conservadora como la mexicana a finales de los 70, causó impacto en las salas y llevó a la mesa de las familias temáticas como el amor lésbico, posesiones, perversidad y apariciones demoniacas.
Nuevamente recurriendo a la literatura como fuente de inspiración, tomando historias del Marqués de Sade y Sheridan le Fanu, Moctezuma crea un personaje que Tina Romero interpretaría de forma magistral, acarreando una horda de fanáticos que piden culto a la cinta, su autor y protagonista. Con el cine en la cabeza y el afán de impactar en el público, está producción con enfoque antirreligioso y anticlerical muestra la madurez de escritura y dirección de López Moctezuma.
Algunos años después de su obra cumbre, el director mexicano volvería con otro tema polémico, el asesinato en legítima defensa, y para ello contaría con la actuación de Angélica María en el papel protagónico de Matar a un extraño (1983). Este largometraje también tendría un paso fugaz y sería mejor valorada en tiempos actuales.
Su última cinta, El alimento del miedo (1994) quedó inconclusa y por mucho tiempo perdida. Fue exhibida en 1995 y después de que la crítica la tachara de “infame” quedó sepultada en el tiempo al grado de que mucha gente pusiera en tela de juicio su existencia. Fue exhibida nuevamente en el Festival de Cine de Horror de la Ciudad de México, mejor conocido como Macabro, en su edición 2016.
La historia explora la explotación infantil, el satanismo, el asesinato y finalmente involucra un cadáver que desaparecer y tamales…no diré más. Esta obra funcionaba según su autor como homenaje a películas de marginados y “engendros”, a temáticas que ilustraran la podredumbre humana y el lado más oscuro y bajo de la especie.
Antes de rodar su ultima cinta y en cierto modo testamento fílmico, López Moctezuma pasó tiempo en un institución psiquiátrica, incapaz de recordar quién era. Ahí, abandonado y olvidado por su familia, sería rescatado por un par de fanáticos que lo secuestraron y llevaron a las locaciones de sus películas, especialmente Alucarda y en un retorcido tratamiento psicomágico, al estilo de Jodorowsky, el director mexicano recuperaría la cordura y con esas vivencias trabajaría su despedida del séptimo arte.
Juan López Moctezuma es, sin lugar a cuestionamientos, un director indispensable en el acervo de todo fanático del terror y del cine nacional.
*Filósofo, analista cinematográfico, colaborador en CinEspacio24 Noticias
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