El mito de Camelot, ese que cuenta la historia del Rey Arturo y sus caballeros de la Mesa Redonda, donde todos eran iguales y se vivía en una sociedad en armonía gracias a su Rey. Después de que el presidente John F. Kennedy fuera asesinado, su esposa, Jackie Kennedy, describió a la presidencia de su difunto marido en una entrevista como Camelot, y en el imaginario colectivo de la sociedad estadounidense se quedó esa imagen: se creó el mito de Kennedy. Esa entrevista es la base de la película Jackie, protagonizada por Natalie Portman y dirigida por el chileno Pablo Larraín.
Por Arturo Brum Zarco*
Dicha entrevista si existió y se realizó una semana después del asesinato de Kennedy, fue realizada por Theodore H. White, donde según él habló por más de cuatro horas con Jackie Kennedy, quien tenía como objetivo realzar la presidencia de su marido y lo logró.
En la película, el nombre del periodista jamás se menciona, pero desde un principio Jackie deja claro que escribirá lo que ella autorice. Así, en la cinta no se habla sobre política, ni sobre quién asesino al presidente, ni sus escándalos amorosos; el filme se centra en la figura de Jackie Kennedy y en lo que hizo después de literalmente tomar los pedazos de cráneo de su esposo.
Asimismo, es una película fragmentada, que por partes nos narra la entrevista, o las acciones de Jackie en el funeral o con sus hijos y también a una Jackie que muestra a las cámaras de televisión cómo es la Casa Blanca (antes del asesinato). Es decir, Larraín – en su primera película de habla inglesa- nos muestra varias facetas de Jackie: la esposa elegante y carismática, la mujer en shock y desesperada, la mujer fuerte y decidida a honrar a su esposo.
Vemos una faceta íntima de Jackie, de la persona que se convirtió en la viuda más famosa del mundo; sus reacciones, sus discusiones, qué hizo en los primeros tres días después de la tragedia. Todas esas facetas y movimientos, los hace con una calidad asombrosa Natalie Portman: su voz, sus pasos, su expresión corporal, nos entrega no una imitación de Jackie, nos enseña a la verdadera, su actuación supera cualquier trabajo que haya hecho, y merecería el Oscar por esta demostración actoral.
Por su parte Larraín, que ya ha demostrado su capacidad para las biopic (Neruda), es sutil con la cámara, con los colores y la música, y nos cuenta una historia dolorosa para el pueblo estadounidense y lo hace con respeto, pero sin callar nada.
Con tres nominaciones a los premios Oscar: Mejor Actriz para Natalie Portman, Mejor Vestuario y Mejor Música. Se estrena en México este 24 de febrero.
Jackie es una biopic de los días que le siguieron al asesinato del presidente de los Estados Unidos en 1963, pero bajo los ojos de la mujer que quedó abandonada en la casa blanca y que aseguró que a su esposo le gustaba escuchar una canción del musical de Broadway Camelot, que decía “brillante momento que fue conocido como Camelot”; de esa forma ella concluyó: “Habrá grandes presidentes nuevamente, pero no habrá otro Camelot”.
*Periodista. Director de Comunicación de CinEspacio24, escribe en Cio-Noticias y es conductor del programa Butaca Digital de Radio Trece
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