Reconocido por su gran talento para la comedia y por su peculiar manera de bailar, Resortes es uno de los mejores comediantes del cine mexicano.
Por Martín L. González* Adalberto Martínez Chávez “Resortes” nació el 25 de enero de 1916 en la Ciudad de México. Su familia era de escasos recursos y fue el segundo de siete hijos que tuvo el matrimonio entre Luis Martínez y Enriqueta Chávez, sin embargo, debido a los abusos que sufrió por parte de su tío Ramón Martínez, su abuela Constanza Vicochea solicitó la tutela de Adalberto. Era un visitante frecuente a diversos salones de baile como el Esmyrna, Los Ángeles y Salón México, lugares a los que generalmente iba acompañado de su amigo Juan Flores, con quien se dedicaba a pulir sus mejores pasos de baile. Durante un tiempo Resortes trabajó en el Teatro Follies, empleo que le ofreció el empresario Miguel Bravo Reyes, más tarde se unió a la compañía Pachuco’s Review, y para 1946 formaba parte del Teatro Lírico, donde Lázaro Espinoza le comunicó que él director Jaime Salvador planeaba hacer una película en la que Resortes tenía la oportunidad de actuar, así participó junto a Domingo Soler y Delia Magaña en la cinta Voces de primavera (1946). Gracias a su peculiar manera de bailar se ganó el sobrenombre de Resortes, el cual le permitió ser reconocido dentro de la industria cinematográfica nacional. Aunado a esto, su gran talento para la comedia su carrera despegó consiguiendo trabajar en más de 100 películas, dentro de las que destacan cintas como El beisbolista fenómeno (Fernando Cortés, 1952), Al son del mambo (Chano Urueta, 1950), El rey de México (Rafael Baledón, 1956) o La niña de la mochila azul (Rubén Galindo, 1979). Resortes también incursionó en la pantalla chica, participando en diversas telenovelas, lo que le permitió arraigarse más en el gusto del público mexicano. Algunas de las telenovelas en las que participó fueron El abuelo y yo (1992), Gotita de amor (1998), Carita de ángel (2000-2001) o La pasión de Isabela (1984). Asimismo, recibió varios reconocimientos lo largo de su trayectoria, como el premio de la Asociación de Cronistas de Espectáculo de Nueva York, el premio del Heraldo de Mexico, la medalla de oro por sus 50 años de carrera o el Ariel de oro a su trayectoria. El legado de Resortes será eterno, y seguiremos muriendo de la risa con sus emblemáticas películas que siempre nos recordarán quién fue y es: “Resortín de la resortera, para servirle a usted donde quiera y como quiera, menos por donde quiera y mientras Dios quiera”. *Colaborador y reportero en CinEspacio24 Noticias
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