Basada en un programa extravagante de los años 80, Netflix sacó la serie GLOW, que narra la travesía de unas mujeres que inician un show de lucha libre. Protagonizada por Alison Brie y Betty Gilpin y coproducida por Jenji Koham, creadora de Orange is the New Black.
Por Arturo Brum Zarco* Sin duda en los años 80 la televisión era muy diferente, sólo basta buscar en Youtube videos de la serie GLOW (Gorgeous Ladies of Wrestling), para ver un espectáculo absurdo y ridículo comparado con algunos programas de la actualidad (o quizá no), pero que en su tiempo fue un éxito, ya que era un programa de mujeres (sumamente estereotipadas) practicando lucha libre. Se les veía con mallas y poca ropa hacer llaves, dar golpes y patadas y realizar acrobacias y actuaciones arriba de un ring. Vean el siguiente video de la serie. Basada en cómo se creó dicho programa, Netflix presenta GLOW, otra serie con todo el estilo de Orange is the New Black, es decir, con mujeres protagonistas, personajes independientes, chicas sin tapujos, conversaciones sin censura; otra comedia negra en donde la mujer es la parte fundamental; y ahora el tema principal es la lucha libre, un deporte que incluso en la actualidad todavía es dominado por los hombres. De esa forma GLOW muestra la forma de cómo se juntaron un grupo de chicas – la mayoría desempleadas – para realizar un programa sobre lucha libre femenil. Ambientaba en los años 80, la serie gira en torno a Ruth Wilder, protagonizada por Alison Brie, quien sorprende con este papel, ya que nos tenía acostumbrados a personajes inocentes y conmovedores, para ejemplo sus papeles en las series Mad Men y Community. Ruth es una actriz desempleada que está harta de que siempre le den los mismos papeles de secretaría o asistente. En el primer capítulo realizan una parodia al respecto: ella está en una audición y lee un diálogo fuerte e inspirador, la directora de casting la detiene porque está diciendo la parte de un personaje masculino. GLOW es una crítica de los trabajos “destinados» sólo para los hombres. Después de su fallido intento, se presenta a una audición donde buscan a mujeres no convencionales. Al casting llegan asiáticas, afroamericanas, árabes, güeras, con sobrepeso, etcétera; y lo único que tienen que hacer es aceptar pelear en un ring y que el director del show, Sam Silva (Marc Maron), un realizador fracasado y adicto a la cocaína, las admita. Al principio Ruth no pasa la sencilla prueba, pero en su afán de conseguir el trabajo, regresa al cuadrilátero e inesperadamente se pelea de verdad con su mejor amiga, Debbie Eagan (Betty Gilpin), una ex actriz de telenovela. Su conflicto se debe a que Ruth traicionó a su amiga. Sam ve en ellas el espectáculo que necesita, al fin y al cabo además de que aprendan sobre lucha libre, busca drama y espectáculo telenovelesco. A pesar de que no se hablan Ruth y Debbie son contratadas, junto a otras diez chicas. GLOW no victimiza a la mujer en su papel de luchadora. Al contrario, ellas practican todos los días por ser más fuertes, más arriesgadas, con más confianza; ahí está la metáfora del programa. Lleva dos temporadas y próximamente se va a estrenar la tercera.Si bien no tiene la fuerza en comedia y personajes como Orange is the New Black, es una buena serie dramática y cómica, sobre un trabajo que, por supuesto, también es para mujeres.
*Periodista y realizador. Director de Comunicación en CinEspacio24. Colaborador en Cio Noticias.
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