El director entiende que la historia no es algo que se pueda tomar a la ligera y que es necesario prestarle la mayor atención posible para apreciarla en todo su esplendor, por lo cual las escenas están increíblemente detalladas a tal grado que rayan en lo hipnótico gracias a su belleza visual.

Y es que la animación es de una calidad indudable, ya que esta es la que se encarga de dar vida a todo este universo cyberpunk logrando que se sienta con vida y funja incluso como un personaje más.

La cinta no pierde la oportunidad de hacer, constantemente, una crítica social a la humanidad. Por momentos todo este universo no parece más que una simple fachada para intentar concientizar al público y dejarle un mensaje más allá de las explosiones y los intensos enfrentamientos.

Los diálogos son bastante interesantes, pues en cada uno de los monólogos es donde colisionan todas las cualidades del largometraje animado, y son con estos mismos con lo que logra anclarse en la memoria del espectador, razón que le ha valido el título de película de culto.

 Sin duda, la animación japonesa nos ha enseñado las cosas que se pueden lograr cuando le otorgas a un artista total libertad creativa sobre su obra. Un viaje a la mente de un genio.