Crítica de Flow, película animada dirigida por Gints Zibalodis. Una producción de Letonia, que narra las aventuras de un gatito que tendrá que sobrevivir a un mundo cubierto de agua y a los animales que lo rodean. Filme conmovedor sobre supervivencia, valentía y esperanza.
Por Arturo Brum Zarco*
El cine es el arte de narrar con la imagen, y actualmente las películas animadas son las más puristas al respecto. Para ejemplo, la cinta Flow, producción de Letonia, dirigida por Gints Zilbalodis, que muestra un mundo postapocalíptico donde un pequeño gatito tendrá que sobrevivir a un inhóspito lugar devastado por el agua.
Se nota que Gints Zilbalodis conoce el poder de la imagen, pues crea secuencias sin diálogos que sumergen al espectador en un remolino de emociones. Como los clásicos filmes silentes, Flow es cine en su esencia más pura, pues solo se vale del arte audiovisual (universal por naturaleza) para conmover, espantar, provocar risas y transmitir un mensaje esperanzador, sin caer en la condescendencia ni la ingenuidad.
El director utiliza una suerte de fábula en la que un gatito escapa del agua que arrasa con todo a su paso, pero también huye de una jauría de perros y de un variopinto grupo de animales que lo atemorizan.
Así, al principio, somos testigos de un personaje aterrado no sólo por la devastación natural, sino por las criaturas que lo rodean. En este sentido, el filme no necesita explicar (el buen cine no lo hace) la ausencia de humanos o el origen del agua incontrolable, ya que la intencionalidad de la película es mostrar el camino del héroe de un pequeño y bello gatito que tendrá que ser valiente y confiar en sus compañeros para sobrevivir.
De esta forma, el director crea una animación hipnótica, detallista y bella, que conjuga la naturaleza con el mundo animal, donde la convivencia de ambos es la clave de un posible futuro.
Con secuencias de hermosas ensoñaciones y metáforas visuales metafísicas que invitan a reflexionar sobre la vida y la muerte, Flow es un cuento que parece pintado a mano. Esto se logra gracias a las técnicas de animación utilizadas, una mezcla de 3D y 2D que crea un efecto pictórico y acentúa los momentos lúgubres, lúdicos y sombríos de manera eficiente y atractiva.
Este esfuerzo, tanto por la calidad de la animación como por la profundidad de la historia, hacen de Flow una de las mejores cintas animadas de los últimos años. Su animación da la esperanza de que este arte nos seguirá entregando propuestas refrescantes; y la pasión y el amor de su historia nos invitan a imaginar otros universos posibles.
Este filme se une a una serie de películas animadas que no necesitan diálogos para transmitir un mensaje contundente, como Robot Dreams o The Wild Robot, por mencionar algunas. Pues, como comenté antes, la animación es lo más cercano a una pureza cinematográfica en la que la imagen narra todo.
Flow, que se estrena este 1 de enero de 2025, es una cinta animada fascinante que augura un buen año para el cine.
*Periodista, crítico de cine y realizador. Director de CinEspacio24.
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