Extraño pero verdadero, del director Michel Lipkes, narra la vida de cuatro personajes que trabajan en un camión de basura; la cinta habla de la pobreza y la crueldad del ser humano y lo hace de una manera lenta y reflexiva.
Por Arturo Brum Zarco* Existen realidades que no queremos ver, como si no fueran de este planeta, nos volteamos ante ellas, las rechazamos, ignoramos y sin en algún momento las llegamos a mirar las vemos con desdén, sin empatía, con extrañeza. Son las personas que viven en situaciones precarias, en la pobreza, que habitan en «ciudades pérdidas», lugares que son partes de la sociedad pero que no cuentan con un código postal. Sin embargo, ese mundo es de nuestra comunidad y representa una parte importante de lo que somos como ciudadanos; a ese lugar nos lleva y nos invita a reflexionar la cinta Extraño pero verdadero. Dirigida por Michel Lipkes, la cinta habla sobre la pobreza, la desigualdad, la maldad y crueldad del ser humano, y lo hace con una fotografía en blanco y negro, para que no perdamos detalles de los personajes y de la situaciones que quiere abordar. Su estética nos introduce a un espacio y tiempo que está a la vuelta de nuestra casa, juega con esa diáfana raya que existe entre la ficción y la realidad. Narra la historia de cuatro personajes que trabajan en un camión que recolecta basura y que viven económicamente «al día». Está el jefe, a quien llaman Maestro Limpio (Luis Enrique Parra), un hombre de unos 50 años, corpulento y con un carácter poco amigable; su fiel compañero es La momia, un tipo de la misma edad que no puede hablar pero tiene una mirada penetrante y desconcertante; Jonathan (Kristyan Ferrer) un joven que le gusta «monearse» y que tiene una relación con Yesi (Itzel Sarmientos), la cuarta miembro del equipo, y que sueña con otra vida. La película se apoya en todo momento en su fotografía en blanco y negro para contarnos de una manera reflexiva y lenta cómo viven estos cuatro personajes; en ese sentido, el filme no es una película sencilla, ya que le exige al espectador un esfuerzo extra para analizar y pensar lo que está viendo, lo confronta para aceptar una verdad que le puede parecer extraña pero que existe. Extraño pero verdadero, quizá tarda mucho en llegar al conflicto de la cinta, ya que más de la mitad del largometraje nos muestra la vida y la idiosincracia de sus personajes; así, vemos la amorosa relación entre Jonathan y Yesi que viven en un edificio abandonado, la soledad de La momia y el Maestro Limpio, quien se la pasa acosando a Yesi y regañando y golpeando a Jonathan. El conflicto aparece cuando entre unas bolsas de basura encuentran un muerto, el cual lleva consigo una cantidad grande de dinero; ahí las cosas se saldrán de control y la crueldad aparecerá como un ser inmisericorde que provocará actos que son difíciles de entender pero verdaderos, situaciones extrañas pero reales, entre esos contrastes juega la cinta y lo hace de una manera provocadora, sincera y con una secuencias sutiles y finas. El director «abrió la puerta» a ese mundo que no queremos ver, a esa insensibilidad que tenemos los seres humanos; exige al espectador su atención y su comprensión y lo hace con una historia que es más verdadera que extraña.
*Periodista y realizador. Director y Editor en CinEspacio24 Noticias. Colaborador en Cio Noticias y Oculus Todo el Cine.
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