Por Ivan Quecha Reyna *
Una historia más sobre Breaking Bad, que inicia inmediatamente después de terminar de escuchar Baby blue, de Badfinger, con Jessie Pinkman huyendo y recordando todas las torturas las que fue sometido, por sus captores o bien, por la indiferencia de la vida ante los deseos de las personas.
Esta película no tiene la intención de “atar cabos sueltos”, sino terminar de contar la historia de Jessie, un personaje que está a salvo porque tiene corazón, que lo guía para tratar de comprender a las personas que, a su alrededor, quienes solo se preocupan por el dinero o el poder.
¿Por qué es tan entrañable este personaje? Quizá debido a la rápida conexión que establece a través de un carisma sincero, en donde sus pares delincuentes genuinamente piensan que no quiere hacerles daño. Pero no se confundan, en la serie Breaking Bad su complejidad emocional reside en que hace lo que tiene que hacer, cuando lo tiene que hacer.
¿Quiénes han sido los mentores de Jessie? Obviamente Walter White, Mike, Gus, Saul, e incluso la banda de nazis que lo tenía secuestrado. Ahora veremos cómo utiliza toda esa sangre vertida, ese dinero obtenido, esa violencia explosiva para encontrar su propio significado.
Este filme tiene un ritmo lento, al parecer a Vince Gilligan, el director de película, le interesó más profundizar personajes para que empatices, a mostrar grandes escenas de acción, que no resta decirlo, también le salen bien. Puedes esperar más una historia contada al estilo de Better Call Saul, con un ritmo tranquilo pero tenso, que Breaking Bad, que en ciertos momentos es como el automóvil en el que escapa Jessie, de 0 a 100 en segundos.
La música como siempre, impecable, con un trabajo de conexión muy íntima, aunque ahora tiene una selección mucho menos homogénea que en la serie, lo cual no está mal, solo es diferente, pues hay ansias de contar mucho más en menos tiempo, que se logra medianamente, pues para los aficionados a esta historia, siempre nos resultará que falta y falta más por contar.
¿Salen personajes de antaño? ¿Es un cierre a la obra? Piénsalo de esta forma: esta es una invitación a una reunión de viejos conocidos, antes de que te vayas, bien a darte un tiro en la cabeza, o a viajar por el mundo, pero ya no los verás más; es la nostalgia una de las mejores partes de la historia de Breaking Bad, y yo creo que hay que aceptar esta última interpretación de una de las historias más populares en lo que va de este siglo. Eres afortunado, Jessie Pinkman.
* Periodista, realizador. Director CinEspacio24. Fundador Quecha Producciones.
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