En este texto la autora reflexiona sobre las series por streaming que tienen como característica contar con actores y actrices consolidados en el cine o con directores y directoras de renombre.
No es novedad para nadie que estamos viviendo en la era del esplendor de las plataformas digitales y el cine en casa. Sobre todo durante el último año de encierro se dejó ver con innegable claridad esa verdad que hasta antes de la pandemia se estaba cocinando poco a poco, las pantallas grandes ya no son indispensables para producir, distribuir y disfrutar del séptimo arte.
Tan es así que el pasado martes Netflix anunció sus planes de estrenar una película a la semana durante todo 2021. Sin embargo, el streaming no se ha limitado a reformar solamente la industria cinematográfica, sino que desde hace más de una década ha sido responsable de otro fenómeno: La hibridación entre cine y las series de TV.
Estamos ya en una etapa de revaloración de los productos televisivos. Hace tiempo que “ver tele” dejó de significar solamente poner sitcoms con capítulos de 20 minutos para pasar el rato o telenovelas para escuchar de fondo mientras se hacen otras actividades. Esas prácticas han sido ya reemplazadas por uno de los hábitos de consumo más comunes actualmente, “maratonear”, un término que hace 20 años no existía, mientras que ahora nos es difícil imaginar un mundo donde no sea posible terminar la nueva temporada de nuestra serie favorita en cuestión días o hasta horas.
A partir del auge de Netflix a inicios de la década pasada y con ello, la llegada de más servicios digitales que le hicieran competencia, la industria televisiva se revitalizó, cobrando un nuevo status en el mundo del entretenimiento. La exclusividad se convirtió en la moneda de valor para competir en este mercado, es decir, aquella plataforma con los mejores productos originales es la que capta más usuarios. Por consiguiente, los estándares se han elevado, las series se hicieron más caras, largas y complejas, tanto en calidad técnica como narrativa. Se comenzaron a explorar temas más profundos y se abarcaron todos los géneros.
Claro que no es la primera vez que vemos series con calidad cinematográfica, Los Sopranoes un evidente precursor en este tema. Sin embargo, hasta hace unos años, la pantalla chica era considerada un trampolín para que los actores y directores que ahí triunfaran dieran el salto al cine y convertirse en estrellas de Hollywood que rara vez daban vuelta atrás en ese camino.
No obstante, en últimos años hemos visto una tendencia inversa. Actores y directores bien posicionados, con múltiples estatuillas, e incluso icónicos en el mundo del cine, han regresado a estelarizar o involucrarse en series de televisión, pues son esos estudios los que más han arriesgado en darle libertad a los creadores, como sucedió con The Irishmanentre Netflix y Martin Scorsese, quien ahora protagoniza la serie documental Pretend it’s a cityen la misma plataforma.
Quizá una de las primeras series de Netflix donde nos sorprendimos de ver nombres importantes fue Sense8escrita y dirigida por las hermanas Wachoski en 2015, que a pesar de que fue cancelada en su segunda temporada por el alto presupuesto que manejaba, abrió las puertas para tener el panorama actual donde es cada vez más común ver series dirigidas por figuras de la talla de David Fincher con la fantástica Mindhunterso M. Night Shyamalan con Servant, uno de los primeros dramas originales de Apple TV+.
Sense8 de las hermanas Wachwski
Y los números crecen en el caso de actores y actrices. Celebridades completamente consolidadas como Al Pacino (Hunters), Nicole Kidman (Big Little Lies, The Undoing), Reese Witherspoon (Big Little Lies, The Morning Show) o Mark Ruffalo (I know this much is true), por mencionar algunos, se convierten en la carta de presentación de series que en ocasiones no tienen sólo un nombre sobresaliente en sus créditos, sino el elenco completo.
Claro que muchas carreras se siguen desarrollando de la forma clásica, esto es, que los rostros que fueron descubiertos por la pantalla chica, se conviertan en estrellas de cine. Como es el caso de la actriz Zendaya quien inició en Disney y ahora se encuentra co-protagonizando uno de los estrenos más esperados de 2021, Dunes, de Denis Villeneuve. Aunque también podemos ver lo contrario, incluso con actrices de la misma generación, como sucedió con Anya Taylor-Joy quien tuvo su debut actoral en cine y posteriormente ingresó al gremio televisivo con series como Peaky Blinders o The Queen’s Gambit, la miniserie más vista en la historia de Netflix.
Es decir, que en estos días es más fácil navegar de ida y vuelta entre las dos corrientes, lo que nos confirma la tendencia de hibridación o por lo menos demuestra que la línea que divide a ambas industrias es cada vez más difusa y al abarcar todo el espectro, las plataformas de streaming se perfilan como las reinas indiscutibles de esta nueva era del entretenimiento.
Anya Taylor – Joy en The Queen’s Gambit
*Licenciada en Comunicación, analista cinematográfica y colaboradora en CinEspacio24 Noticias
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