El misterio de Silver Lake, dirigida por David Robert Mitchell y protagonizada por Andrew Garfield y Riley Keough, es una cinta que nos lleva a un mundo surrealista de conspiraciones y secretos en las calles de la ciudad de Los Ángeles.
Por Arturo Brum Zarco* Con unos binoculares un joven treintañero espía a su vecina semidesnuda alimentar a sus pájaros. Después se enfoca en una mujer que llega al condominio de los departamentos donde reside, ella viste un bikini blanco, un sombrero largo y llamativo, y camina rumbo a la alberca del lugar acompañada de su pequeño perro, desde ese momento él se obsesiona con esa chica. Sam (Andrew Garfield) es un tipo solitario, que le gusta el rock, las películas, los cómics y los video juegos, y espiar desde el balcón de su casa a sus vecinos. Así conoce a Sarah (Riley Keuogh), la chica del bikini, una misteriosa mujer que invita a Sam a ver una película en su departamento. Entre ellos nace una especie de amor o más bien él se enamora de ella. Al día siguiente Sarah ya no está en su casa, el departamento está vacío y Sam se angustia y comienza a investigar que pasó con ella, eso lo llevará a fiestas exóticas en la cuidad de Los Ángeles, secretos y teorías de conspiración, personajes extravagantes y surrealistas (que parecen que esconden algo), que están en el barrio de Silver Lake. La cinta El misterio de Silver Lake (Under the Silver Lake), dirigida por David Robert Mitchell, usa demasiadas referencias filmográficas – la más obvia es la del filme La ventana indiscreta de Alfred Hitchcock-, y a partir de ahí nos lleva a un universo donde las teorías de conspiración y secretos de las empresas de entretenimiento son ciertas: las canciones tienen mensajes ocultos y las revistas, video juegos y películas tienen pequeñas pistas para descubrir un mapa de los lugares más recónditos de Los Ángeles. Sam va hilando todas esas historias para que ante él se manifieste un mundo onírico, donde nada tiene sentido y todo es parte del mismo plan de mantenernos enajenados ante la poderosa industria del entretenimiento. Así, conoce que existe un ser que ha escrito todas las canciones de los grupos más populares, una mujer con una cabeza de búho que asesina a quien descubre la «verdad» y sectas privilegiadas de la clase alta. Pero sobre todo, Sam sabe que lo están viendo, que lo persiguen, que ahora alguien o algunos se han obsesionado con él; como lo que hacía desde el balcón de su casa. De esa forma la metáfora de la cinta se centra en la aterradora suposición de que todos somos observados y que no podemos confiar en nadie, ya que cada ser humano tiene un secreto peligroso; sin embargo esta premisa se va diluyendo en la exagerada cantidad de mensajes que tiene el filme. La cinta es una obra ambiciosa, que tiene su mayor problema en “ahogar” al espectador en una cantidad tremenda de referencias, simbolismos y tramas. La propia grandilocuencia de la cinta nos lleva a la confusión y a escoger un tema para reflexionar. Con diálogos entretenidos, escenas divertidas y perturbadoras, El misterio de Silver Lake es un laberinto sin salida que juega a mostrarnos un mundo donde tu película favorita puede tener un mensaje oculto.
*Periodista y realizador. Director de Comunicación en CinEspacio24. Colaborador en Cio Noticias.
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