El diablo a todas horas, basada en la novela homónima de Donald Ray Pollock y dirigida por Antonio Campos, es un filme que nos muestra una violencia extrema debido a un enfermo fanatismo religioso; una producción de Netflix protagonizada por Tom Holland y Robert Pattinson.
Por Arturo Brum Zarco*
En nombre de la palabra de Dios se han cometido, en la historia de la humanidad, actos atroces, violentos, inmorales y sanguinarios; largas guerras se han desatado para defender una religión, una creencia y una fe mal interpretada. De eso trata la cinta El diablo a todas horas (The devil all the time) una representación íntima de un peligroso fanatismo religioso.
Basada en la novela homónima de Donald Ray Pollock y dirigida por Antonio Campos, el filme es una narración coral que converge en la historia de Arvin Russell (Tom Holland), un joven que después de la muerte de sus padres, cuando era niño, tiene que ir a vivir con su abuela, una cariñosa mujer que antepone la religión a todo.
Ahí comparte casa con su tío y con Leonora (Eliza Scanlen), una joven que adoptaron, ya que como Arvin perdió a sus padres de una manera trágica. Cada historia con diferentes matices pero con una similitud muy grande: creencias religiosas extremas que hicieron que los padres de cada uno convirtieran sus actos de fe en acciones inhumanas.
Arvin, quien tiene cierto desdén hacia la religión, y Leonora, que se muestra como una fiel creyente, crecen como hermanos y se aman como tal; sin embargo, su relación cambiará por la llegada de un nuevo reverendo a su comunidad, Preston Teagardin (Robert Pattinson), un falso profeta, hedonista y abusador.
La cinta nos va presentando cada historia de una forma independiente (bien podría ser varios cortometrajes), pero con el común denominador de la crueldad, la doble moral y el fanatismo religioso.
Así vemos al padre de Arvin regresar de la Segunda Guerra Mundial como un joven que busca encontrar su destino en la vida, no obstante se topa con una tragedia que tiene como respuesta un delirio religioso; o la madre de Leonora, que se enamora de un extremista que está convencido de que es el elegido de Dios y que gracias a eso puede realizar milagros.
Ambientada en Knockenduff, Ohio, la cinta tiene un narrador omnipresente que más que explicar lo que vemos le da un trasfondo y unos cuestionamientos mas filosóficos sobre qué es la muerte, la religión, la violencia, los asesinatos y la intrínseca maldad que puede existir en cada ser humano; punto destacable es que esta voz es la del propio escritor Donald Ray Pollock, que logra unos tonos sombríos, crudos y honestos.
También el filme nos cuenta otros relatos bestiales: una pareja de asesinos seriales, un policía corrupto y bullying escolar, que se entrelazan en ese entorno donde rezan y alaban a Dios pero parece que este los ha olvidado por sus creencias exageradas y mal intencionadas.
De esa forma, el pecado de la comunidad son sus enfermos deseos, sus horrendos secretos, una metáfora de que la figura del Diablo no tiene que ver con fuentes religiosas, es real y se encuentra en el actuar de todos y todas.
El diablo a todas horas, producción original de Netflix, usa una fotografía de un lugar hermoso con su bellos bosques y armoniosos caminos, pero que se contrapone con las acciones de sus habitantes, la paradoja está siempre presente en la forma y fondo del filme.
Con un guion ácido, incisivo y claro, y con frases y diálogos irónicos, realistas y críticos sobre el quehacer del ser humano, es un largometraje que muestra esa cruenta oscuridad que existe detrás de la espiritualidad.
*Periodista y realizador. Director y Editor en CinEspacio24 Noticias. Colaborador en Cio Noticias.
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