¿Somos nuestra familia?, ¿a pesar de no estar de acuerdo con ellos, estamos destinados a ser o seguir los pasos de nuestros progenitores? Ese tipo de preguntas intenta contestar la cinta El castillo de Cristal (The Glass Castle), basada en el libro autobiográfico de la periodista Jannette Walls, quien vivió una infancia compleja y difícil a lado de sus tres hermanos, su padre alcohólico y su madre hippie y “artista”.
@arturobrum Rex Walls piensa que vivir una vida de opulencia y burguesa destruye al humano, ya que no le permite ver la magia de la vida y las estrellas en el cielo. Su esposa Rose Walls, una artista que no busca el reconocimiento, comparte su ideología. Tienen cuatro hijos, Lori, Jannett, Brian y Maureen. Los educan o creen que les enseñan cómo vivir para ser completamente libres; pero es todo lo contrario, el alcoholismo del padre y la falta de interés de la madre por cuidar a sus hijos, provoca que los niños crezcan bajo una peligrosa negligencia. Sufren accidentes, a veces no tienen que comer y viajan constantemente por las deudas de su padre. No obstante, viven pequeños y fugaces momentos felices. Para salir adelante, los cuatro hermanos se cuidan solos y se ponen como objetivo estudiar y cuando tengan la edad suficiente salir de la casa de sus padres. Así es como Jannette se convierte en periodista; una destacada columnista de chismes de la farándula. La cinta inicia con Jannette (gran trabajo de Brie Larson) de adulta, con una vida totalmente opuesta a la que tuvo en su infancia; tiene un buen trabajo, un departamento elegante y un novio con dinero. Por medio de flashback, la cinta nos cuenta cómo creció hasta el punto de negar a sus padres, quienes terminaron viviendo como vagabundos en New York. Basada en un hecho real, el filme intenta reflejar la importancia de aceptar quiénes somos y el amor hacia la familia; pero es confusa en cuanto a su intención, ya que por una parte tiene escenas donde los niños sufren de una negligencia y abandono espantoso y por otra busca que como espectadores tengamos empatía hacia los padres (interpretados maravillosamente por Woody Harrelson y Naomi Watts). En esa contradicción cae la película, y quizá ese sea el propósito del filme, ¿no es la vida un juego de contradicciones? Esta película, que “coquetea» con el road movie, sólo se enfoca en tres personajes: Jannette, Rex y Rose. Los otros tres hermanos pasan casi desapercibidos, como si su historia no importara. Eso nos deja más dudas que respuestas y a la anécdota inconclusa. Dirigida por Destin Daniel Cretton, El Castillo de Cristal destaca por las actuaciones tanto de los niños como de los personajes principales; sin embargo, cae en dramas exagerados y tramas contradictorios. Al final, es entretenida sin llegar a conmover, y por lo menos yo terminé con la pregunta: ¿qué tanto de nuestros padres somos?
*Periodista y realizador. Director de Comunicación y Editor de CinEspacio24
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