Hideo Nakata regresa para darle vida a la historia de horror que le dio fama; ahora con El Aro: capítulo final intenta modernizarla la saga.
En los últimos años, las películas de horror han comenzado a tomar un rumbo un poco diferente. Ahora, el horror suele basarse en cosas más reales como problemáticas sociales que son representadas con entes, demonios o cualquier creación paranormal. No obstante, hay ocasiones en las que no está mal regresar a lo ya probado. La película El Aro: Capítulo Final nos cuenta la historia de Mayu Akikawa (Elaiza Ikeda), una joven doctora muy querida por los miembros del hospital en el que trabaja, por lo que ha sido advertida por sus compañeros que no debe generar lazos emocionales con sus pacientes. Un día es internada una misteriosa niña, producto de un incendio que provocó la muerte de su madre y daños irreparables en el apartamento donde vivía. Sin recordar ni siquiera su nombre, la niña comienza a desarrollar poderes sobrenaturales que parecen estar relacionados con Sadako, el mítico personaje de la saga de El Aro. A la par de esto, Kazuma (Hiroya Shimizu), el hermano de Mayu, trata de ser un importante icono en el mundo de internet grabando videos graciosos para YouTube, sólo que al ver los números de su canal estancados decide visitar lugares malditos y documentar lo que pasa en ellos, lo cual lo lleva a visitar el departamento que se incendió y dejó sin hogar a la niña misteriosa. El director Hideo Nakata nos entrega una película bastante floja en comparación con las otras cintas de la saga dirigidas por el propio Nakata, especialmente si se compara con El Aro (1998), con la que el cineasta nipón hizo historia al crear el largometraje de horror japonés más rentable de la historia. La cinta intenta actualizarse y trata de dejar atrás lo que sus antecesoras lograron, y por ellos es que la película cuenta con demasiadas historias paralelas. Tratan de hacer un guion tan profundo que parece que por momentos olvidan que es una cinta que cuenta con un personaje ya consolidado en el mundo del cine de terror: Sadako, al cual parece que desperdician. Y es que las apariciones de Sadako son mínimas y por momentos parece que ni siquiera es relevante para la historia. El filme también trata de darnos un mensaje sobre las dificultades por las que pasa un niño sin padres, por ello es que tanto la niña misteriosa como Mayu y Kazuma son huérfanos. Elementos que utilizan también para darnos un mensaje positivo -dentro de lo que se puede en una cinta de terror- sobre cómo la familia no necesariamente tiene que ser sanguínea, sino que tu familia se conforma por todos aquellos que están contigo cuando más lo necesitas. El terror es bastante sencillo, aunque se agradece mucho que a pesar de todo no recurren a exagerados jumpscare -esos sustos repentinos que consisten en mostrarnos algo de manera inesperada- y eso es algo que mantiene la credibilidad de la saga. Sin duda, lo mejor son las escenas en las que aparece Sadako, ya que durante esos momentos la película nos hace sentir ese horror tan único que vivimos con la primera entrega, mostrándonos una manera más clásica de provocar miedo en el espectador. En resumen, El Aro: Capítulo Final es una cinta que da un cierre bastante flojo a la saga, demostrando una vez más qué hay que saber cuando dejar morir una franquicia con dignidad.
*Colaborador CinEspacio24
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