Crítica de la película Deadpool y Wolverine, cinta dirigida por Shawn Levy, quien junta al irreverente de Deadpool (Ryan Reynolds) y al rudo y popular Wolverine (Hugh Jackman). Una cinta bien realizada que cumple con todo lo que los fans quieren.
Juan Enrique Bonilla*
@bconceptenrique
Cuando uno de los líderes «religiosos» de nosotros los cinéfilos mamadores (Martin Scorsese) dijo que las películas de Marvel parecían más parques de diversiones, probablemente tenía razón, para bien y para mal. Los parques de diversiones no son exposiciones de arte donde se cuestionen los valores de la sociedad moderna o lugares para plasmar el tiempo y el ser en una obra que sólo un grupo privilegiado, y frecuentemente pretencioso, entiende, su objetivo es entretener a la familia y pasar un buen rato para obtener el mayor número de ganancias posibles.
Dicho esto, si usted es un cinéfilo que sólo ve películas de cineteca y ha leído Esculpir el tiempo de Tarkovsky más veces de la que le recomendó el psiquiatra, le sugiero que pare de leer pues, por el momento, no se va a cuestionar el sistema capitalista y poco innovador en el que el cine comercial ha sido construido, ya habrá otro momento para eso.
Sin embargo, si usted como yo creció viendo las películas de Marvel, le gusta ir disfrazado al cine y quiere saber si esta película representa el esperado advenimiento de nuestro señor Stan Lee después de los últimos fracasos del Universo Cinematográfico de Marvel (MCU, por sus siglas en inglés), le puedo decir que esta película cumple más que cualquier político priista, panista o morenista (y ni hablar del partido verde o del que tuvo más seguidores en spotify que durante su campaña).
Deadpool y Wolverine nos cuenta la historia de cómo nuestro amigo Wade Wilson (interpretado por el adinerado y recurrente galán de comedias románticas Ryan Reynolds), después de varios años de haberse retirado de la lucha contra el crimen, es convocado por la Agencia de Variación Temporal, lo que lo lleva a buscar a Wolverine (interpretado por el poco menos adinerado pero más papucho Hugh Jackman) para salvar su línea temporal.
La película, a pesar de recurrir a la misma fórmula de siempre (cameos, chistes autoreferenciados y fan service), lo hace con suficiente astucia para que este producto se sienta fresco, algo así como cuando inventaron las manteconchas. Esta vez el MCU decidió apostar por la nostalgia de productos (y memes) olvidados y poco aprovechados en lugar de intentar retomar los tiempos de gloria de Avengers Endgame, lo cual garantiza la felicidad y sorpresa de los fans.
Además, para aquellos que tenían miedo que Disney ablandara lo políticamente incorrecto del personaje de Deadpool, les comento que la sangre, violencia, sexo y los chistes irreverentes se comparan a las entregas anteriores de este super héroe. Incluso para aquellos cinéfilos que les gusta el cine que no pueden ver con su papá, los invito a buscar una referencia a la película de Oldboy dirigida por el gran Park Chan-wook.
Lo que más me sorprendió al ver la película fueron las reacciones de alegría y emoción por parte de los fans, tanto que incluso hubo una gran cantidad de aplausos al final. Al parecer, era todo lo que los fanáticos de Deadpool y del MCU habían esperado.
Así que si a usted le gusta el universo Marvel pero había dejado de ir al cine con devoción a ver lo nuevo del tío Kevin Feige (productor del MCU), le recomiendo hacer una excepción y darle una oportunidad a esta entrega, que ya se encuentra en cartelera, pues le dejará un buen sabor de boca. Si por alguna razón, usted es «arte» y sigue leyendo a pesar de mi advertencia anterior, le invito a que se una a uno de los cursos que imparte CinEspacio24 donde seguramente nos «quejaremos» de lo poco nouvelle vague que es el cine de Marvel.
*Crítico de Cine. Colaborador de CinEspacio24.
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